30 de octubre de 2010

Oh María...


Hoy es sábado, y fieles al sentir popular, saludamos nuevamente a la Santísima Virgen con esta oración compuesta por S.S. Juan Pablo II para honrar a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa:

"Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.

Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Vos. Ésta es la oración que tú inspiraste, oh María, a santa Catalina Labouré, y esta invocación, grabada en la medalla la llevan y pronuncian ahora muchos fieles por el mundo entero. ¡Bendita tú entre todas las mujeres! ¡Bienaventurada tú que has creído! ¡El Poderoso ha hecho maravillas en ti! ¡La maravilla de tu maternidad divina! Y con vistas a ésta, ¡la maravilla de tu Inmaculada Concepción! ¡La maravilla de tu fiat! ¡Has sido asociada tan íntimamente a toda la obra de nuestra redención, has sido asociada a la cruz de nuestro Salvador!

Tu corazón fue traspasado junto con su Corazón. Y ahora, en la gloria de tu Hijo, no cesas de interceder por nosotros, pobres pecadores. Velas sobre la Iglesia de la que eres Madre. Velas sobre cada uno de tus hijos. Obtienes de Dios para nosotros todas esas gracias que simbolizan los rayos de luz que irradian de tus manos abiertas. Con la única condición de que nos atrevemos a pedírtelas, de que nos acerquemos a ti con la confianza, osadía y sencillez de un niño. Y precisamente así nos encaminas sin cesar a tu Divino Hijo.

Te consagramos nuestras fuerzas y disponibilidad para estar al servicio del designio de salvación actuado por tu Hijo. Te pedimos que por medio del Espíritu Santo la fe se arraigue y consolide en todo el pueblo cristiano, que la comunión supere todos los gérmenes de división que la esperanza cobre nueva vida en los que están desalentados. Te pedimos por los que padecen pruebas particulares, físicas o morales, por los que están tentados de infidelidad, por los que son zarandeados por la duda de un clima de incredulidad, y también por los que padecen persecución a causa de su fe.

Te confiamos el apostolado de los laicos, el ministerio de los sacerdotes, el testimonio de las religiosas.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

29 de octubre de 2010

La Iglesia Católica en España.


Con motivo del próximo viaje apostólico de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona (días 6 y 7 de Noviembre de 2010) se han publicado las estadísticas de la Iglesia católica en España. Los datos, actualizados al 31 de diciembre de 2009, proceden de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia.

España tiene una superficie de 505.992 km2 y una población de 45.929.000 habitantes, de los que 42.470.000 son católicos, es decir, el 92,5 % de la población. Existen 70 circunscripciones eclesiásticas y 22.674 parroquias. Actualmente hay 124 obispos, 24.849 sacerdotes, 54.599 religiosos, 2.786 miembros laicos de institutos seculares y 101.261 catequistas. Los seminaristas menores son 1.943 y los mayores 1.963.

Un total de 1.596.429 alumnos asisten a los 5.585 centros de educación católicos, desde las escuelas maternas hasta la universidad. Por lo que concierne a los centros caritativos y sociales de propiedad de la Iglesia o que son dirigidos por eclesiásticos o religiosos, en España hay: 93 hospitales, 72 ambulatorios, 788 hogares para ancianos e inválidos, 435 orfanatos y guarderías, 301 consultorios familiares y otros centros para la protección de la vida, 3.036 centros especiales de educación o reeducación social y 400 instituciones de otro tipo.

26 de octubre de 2010

"Padre Pío, los milagros desconocidos del santo de los estigmas".



Así se titula el nuevo libro de José María Zavala. El autor ha recopilado testimonios de conversiones y curaciones experimentados por intercesión de este santo de fama universal. "Nunca había sentido tantos deseos de compartir una experiencia que me ha marcado de por vida", reconoce el autor, recordando que la canonización de Padre Pío de Pietrelcina en 2002, batió todos los records de asistencia de fieles en la historia de la Iglesia.

Padre Pío, en el siglo, Francesco Forgione, nació en Pietrelcina, el 25 de Mayo de 1887 y falleció en San Giovanni Rotondo, el 23 de septiembre de 1968. Fue un sacerdote y fraile capuchino, que durante 50 años, llevó en su cuerpo los estigmas o señales de la pasión de Cristo.

-¿Cómo se le recuerda al Padre Pío en el convento de San Giovanni Rotondo, donde pasó casi toda su vida?

-José María Zavala: Con inmenso cariño. Hay fieles que siguen percibiendo el intenso perfume de sus estigmas como la mejor señal de que nunca les abandona, esa misma fragancia que dejó helado a más de un incrédulo.

-¿Quedan muchas personas que le trataron íntimamente?

-José María Zavala: Pocas, pero he tenido la gran fortuna de entrevistarlas. Como sor Consolata, una monja de clausura de 95 años que me recibió en el convento para relatarme episodios tan inolvidables como desconocidos. Nunca se lo agradeceré lo suficiente. Igual que a Pierino Galeone, sacerdote octogenario con fama de santo, a quien el Padre Pío curó milagrosamente tras la Segunda Guerra Mundial. Lo mismo que a Paolo Covino, el capuchino que administró la Extremaunción al Padre Pío. Todos ellos rompen por primera vez su silencio para hablar del Padre Pío en este libro.

-¿Expresan alguna idea común?

-José María Zavala: Todos coinciden en que él hizo lo mismo que Jesús en la tierra: convirtió a los pecadores, sanó a los enfermos, consoló a los afligidos... Cargó con la Cruz durante toda su vida para redimir a los hombres del pecado. El Padre Pío sabía muy bien que sin sacrificio personal era imposible ganar almas para el Señor.

-¿Quién fue el Padre Pío?

-José María Zavala: Un regalazo que Dios hizo a los hombres en pleno siglo XX para que sigan creyendo en Él. Es imposible acercarse con sencillez y sin prejuicios a su figura y permanecer insensible. Conozco a mucha gente cuya fe estaba muerta por falta de obras y que por intercesión suya está ahora muy cerca del Señor, reza y es feliz haciendo felices a los demás.

-¿Hay una relación entre sus horas de confesionario y los estigmas?

-José María Zavala: "Todo es un juego de amor", decía él. De Amor, con mayúscula, por el prójimo; él sabía muy bien que lo mejor se compra siempre al precio de un gran sacrificio. El Padre Pío vivió "crucificado" durante cincuenta años con estigmas en manos, pies y costado que sangraban a diario. Semejante sufrimiento moral y físico era un medio infalible para liberar a muchas almas de los lazos de Satanás. Por eso mismo se pasaba a veces dieciocho horas seguidas en el confesionario.

-Como un nuevo cura de Ars...

-José María Zavala: Ahí radica la grandeza de este hombre de Dios. San Giovanni Rotondo, donde vivió y murió, sigue siendo hoy un auténtico camino de Damasco por el que millares de pecadores retornan al Señor. Es el primer sacerdote estigmatizado en la Historia de la Iglesia, y con unos carismas que le hacen muy especial, desde la bilocación (estar al mismo tiempo en dos lugares distintos) hasta el escrutinio de corazones que le permitía leer el alma de los penitentes antes de que comenzaran a contar los pecados.

-"Haré más ruido muerto que vivo", comentó un día. ¿Qué quiso decir?

-José María Zavala: Habría que preguntárselo a los centenares de personas en todo el mundo que por su intercesión siguen hoy convirtiéndose y/o curándose milagrosamente de una enfermedad mortal. Muchos de ellos aportan sus impactantes testimonios en este libro. Podemos afirmar que el Padre Pío sigue obrando hoy desde el Cielo, más prodigios que cuando estuvo en la tierra.

-Usted recoge algunas conversiones impactantes...

-José María Zavala: Gianna Vinci me relató en Roma uno de esos milagros que le dejan a uno boquiabierto. En cierta ocasión, una mujer enferma de cáncer rogó a su marido, agnóstico, que la llevase a San Giovanni Rotondo, pues había oído que el Padre Pío obraba milagros. El hombre puso una condición: esperaría fuera de la iglesia. Así que entró sola la madre con su hijo de diez años. Gianna Vinci estaba allí y lo vio todo. La mujer se arrodilló en el confesionario del Padre Pío mientras éste indicaba al niño que avisase a su padre. El chiquillo obedeció: "¡Papá, te llama el Padre Pío!", le dijo en la puerta. Pero aquel niño... ¡era sordomudo! Emocionado, el padre acabó confesándose y su esposa quedó curada del cáncer al instante.

-¿Cuál es el secreto de la popularidad de este santo?

-José María Zavala: El Amor por los demás, insisto. El Padre Pío sigue recogiendo hoy los frutos de su siembra desde el Cielo. En Italia pude sentir el gran cariño que la gente profesa a este gran santo. Al regresar a Madrid, mientras facturaba las maletas en el aeropuerto, un policía empezó a poner pegas. Pero en cuanto vio el retrato del Padre Pío que llevaba para un amigo, me dejó pasar con una sonrisa. "¡Menudo salvoconducto!", pensé.

-¿Va siendo conocido fuera de Italia?

-José María Zavala: Espero que este libro sirva para darle a conocer más en España, donde ya ha hecho unos cuantos milagros. En Argentina, México, Chile o Filipinas cuenta cada vez con más devotos.

-¿Qué significa este libro en el conjunto de su bibliografía?

-José María Zavala: Es sin duda mi obra más importante. Nunca había sentido tantos deseos de compartir con los lectores una experiencia que me ha marcado de por vida. Dicen que cuando el Padre Pío levanta un alma ya no la deja caer más. Pues eso mismo he comprobado yo en mi propia carne. Invito a todo el que quiera, por muy escéptico que sea, a conocer a este hombre de Dios. Le aseguro que no quedará indiferente. (Entrevista realizada por Zenit).

¡Bienaventurada eres gloriosa siempre Virgen María!.

Estamos terminando el mes de octubre, popularmente llamado el mes del Rosario, por ello, a continuación podemos leer una breve reflexión extraída de la Constitución Lumen Gentium del Concilio Vaticano II, sobre la importancia de la Santísima Virgen María, Madre de Cristo y Madre de la Iglesia.

"El benignísimo y sapientísimo Dios, queriendo llevar a término la redención del mundo, "cuando llegó el fin de los tiempos, envió a su Hijo nacido de Mujer, nacido bajo la Ley, para que recibiésemos el ser hijos por adopción" (Gál., 4, 4-5). "El cual por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación descendió de los cielos, y se encarnó por obra del Espíritu Santo de María Virgen". Este misterio divino de salvación se nos revela y continúa en la Iglesia, a la que el Señor constituyó como su Cuerpo y en ella los fieles, unidos a Cristo, su Cabeza, en comunión con todos sus Santos, deben también venerar la memoria "en primer lugar, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de nuestro Dios y Señor Jesucristo".

En efecto, la Virgen María, que según el anuncio del ángel recibió al Verbo de Dios en su corazón y en su cuerpo y trajo la Vida al mundo, es reconocida y honrada como verdadera Madre de Dios Redentor. Redimida de un modo eminente, en atención a los futuros méritos de su Hijo y a El unida con estrecho e indisoluble vínculo, está enriquecida con la suma dignidad de ser la Madre de Dios Hijo y, por tanto, la hija predilecta del Padre y el sagrario del Espíritu Santo; con un don de gracia tan alto que antecede, con mucho, a todas las criaturas celestiales y terrenas. Al mismo tiempo está unida en la estirpe de Adán con todos los hombres que necesitan ser salvados; más aún: es verdaderamente madre de los miembros (de Cristo)... por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella Cabeza". Por eso también es saludada como miembro especialísimo y del todo singular de la Iglesia, su prototipo y modelo ejemplar en la fe y caridad y a quien la Iglesia Católica, enseñada por el Espíritu Santo, honra con filial afecto de piedad como a Madre muy amada".

25 de octubre de 2010

LETANÍAS DE LA HUMILDAD


Las siguientes "Letanías de la humildad", fueron compuestas por el Venerable Cardenal español, Rafael Merry del Val, (1865-1930), el cual las rezaba diariamente después de celebrar la Santa Misa. Merry del Val, ocupo durante muchos años el cargo de Secretario de Estado del Vaticano, bajo el Pontificado del Papa San Pio X y su proceso de beatificación fue iniciado en 1953.

De Merry del Val, se decía que era una persona que a pesar de sus grandes dotes intelectuales y finura diplomática, se hacía pequeño con los pequeños y humilde con los humildes.

Su trabajo como Secretario de Estado junto a Pío X, se puede resumir de la manera siguiente: ”Trabajaremos juntos y juntos sufriremos por amor a la Iglesia“, le dijo el Papa, como una profecía, al nombrarle su secretario de Estado. Sinceramente humilde, de vista amplia y capacidad sintética, devoto incondicional del pontífice, ajeno a todo compromiso y obligación, Merry del Val fue ministro fiel de un Papa santo, en uno de los pontificados más difíciles de la Historia.

Fue inestimable su estrechísima colaboración con el Papa a nivel pastoral, que trajo consigo consecuencias preciosas y trascendentales para fortalecer la vida cristiana: la reforma de la música sacra (el era un excelente pianista y un finísimo compositor); la invitación a la comunión temprana de los niños; el impulso del Catecismo y de los estudios bíblicos, con la fundación del Pontificio Instituto Bíblico; la codificación del Derecho Canónico; la reforma de la Curia Romana; la promulgación de leyes para la mejor disciplina del clero, con la reforma de los Seminarios; el fomento de la santidad sacerdotal, y pese a ocupar un puesto de suma importancia, no dejó de desarrollar, todas las tardes durante cuarenta años, un apostolado oculto y muy fecundo entre las familias más pobres y los jóvenes más necesitados del Trastévere, donde había fundado para ellos la «Pía Asociación del Sagrado Corazón de Jesús», una de las agrupaciones juveniles más activas y florecientes de Roma, durante largos años.


Letanías de la humildad:

Jesús manso y humilde de Corazón, Óyeme.
Del deseo de ser estimado, Líbrame Jesús.
Del deseo de ser amado, Líbrame Jesús.
Del deseo de ser ensalzado, Líbrame Jesús.
Del deseo de ser honrado, Líbrame Jesús.
Del deseo de ser alabado, Líbrame Jesús.
Del deseo de ser preferido a otros, Líbrame Jesús.
Del deseo de ser consultado, Líbrame Jesús.
Del deseo de tener aceptación, Líbrame Jesús.
Del temor de ser humillado, Líbrame Jesús.
Del temor de ser despreciado, Líbrame Jesús.
Del temor de ser reprendido, Líbrame Jesús.
Del temor de ser calumniado, Líbrame Jesús.
Del temor de ser olvidado, Líbrame Jesús.
Del temor de ser puesto en ridículo, Líbrame Jesús.
Del temor de ser injuriado, Líbrame Jesús.
Del temor de ser juzgado con malicia, Líbrame Jesús.

Que los otros sean más amados que yo, Jesús dame la gracia de desearlo.
Que los otros sean más estimados que yo, Jesús dame la gracia de desearlo.
Que los otros crezcan en la opinión del mundo y que yo me eclipse, Jesús dame la gracia de desearlo.
Que los otros sean alabados y de mí no se haga caso, Jesús dame la gracia de desearlo.
Que los otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil, Jesús dame la gracia de desearlo.
Que los otros sean preferidos a mí en todo, Jesús dame la gracia de desearlo.
Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda, Jesús dame la gracia de desearlo.


ORACIÓN


Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para serejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la graciade aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde anuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamentede ti en el cielo. Amén.

16 de octubre de 2010

Madre de los tristes y afligidos.

Hoy es sábado, y como es habitual, saludamos a la Santísima Virgen María, con el título que le damos en las Letanias del Santo Rosario; Consuelo de los afligidos, y esta vez lo hacemos con un canto que aprendí de los feligreses de la parroquia en la que estuve destinado el primer año de sacerdocio:

“Madre mía que estas en los cielos,
envía consuelo a mi corazón,
cuando triste y llorando te llame
tus manos derrame
feliz bendición”.

15 de octubre de 2010

Todo se pasa...


Santa Teresa de Jesús, en el siglo Teresa de Cepeda y Ahumada, nació en Ávila (España) el 28 de marzo de 1515. A los dieciocho años, entra en el Carmelo. A los cuarenta y cinco años, para responder a las gracias extraordinarias del Señor, emprende una nueva vida cuya divisa será: «O sufrir o morir». Es entonces cuando funda el convento de San José de Ávila, primero de los quince Conventos de Carmelitas que establecerá en España. Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana. Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Murió en Alba de Tormes (Salamanca), al anochecer del 4 de octubre de 1582. Su canonización tuvo lugar en 1622. Pablo VI la declaró doctora de la Iglesia el 27 de septiembre de 1970.



"Nada te turbe,
nada te espante
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza,
quien a Dios tiene
nada le falta
sólo Dios basta".

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"Ya toda me entregué y di
y de tal suerte he trocado,
que es mi amado para mí,
y yo soy para mi amado.

Cuando el dulce cazador
me tiró y dejó rendida,
en los brazos del amor
mi alma quedó caída.

Y cobrando nueva vida
de tal manera he trocado
que es mi amado para mí,
y yo soy para mi amado.

Me hirió con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedo hecha
una con su Criador,
ya no quiero otro amor
pues a mi Dios me he entregado,
y mi amado es para mi,
y yo soy para mi amado".



12 de octubre de 2010

Patrona y Madre de la Hispanidad.


"Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen santísima del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas. ¡Dios te salve, María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra! A tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos. Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en estas tierras. En tus manos pongo la fatiga y él sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad. En tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia. Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad. Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad. Así sea". (Súplica-oración de Juan Pablo II).

6 de octubre de 2010

Acción de Gracias.


Un día como hoy, 6 de octubre pero de 2007, a las 12 del mediodía, celebraba la Primera Misa Solemne de Acción de Gracias en mi parroquia de Ntra. Sra. de Candelaria.

Ese día de la Primera Misa, que elegí sin ser consciente de la fecha que era, no dejó de ser significativo en cuanto a celebraciones. Se cumplían las Bodas de Oro de Consagración del Templo parroquial de mi pueblo, consagrado por S.E.R. Don Antonio Pildain y Zapiain, 50 años atrás (06/10/1957). Y por si esto fuera poco, además de ser el cumpleaños de mi abuela y de mi ahijado, era el 5º aniversario de la Canonización de San Josemaría Escrivá, (06/10/2002), fundador de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz a la cual pertenezco.

Hoy, tres años después, aparte del sonido de las llamadas de felicitación que he recibido, durante todo el día han resonado en mis oídos aquellas palabras de San Josemaría sobre la importancia de la celebración de la Santa Misa en la vida del sacerdote;


“Sacerdote de Jesucristo:
Celebra hoy la Santa Misa
como si fuera tu Primera Misa,
tu única Misa,
tu última Misa”.


Gracias Señor, por tanto don recibido y entregado...


4 de octubre de 2010

Las criaturas todas, load a mi Señor...


Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.

Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!.

Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!.

Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!.

Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!.

Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!.

¡No probarán la muerte de la condenación!
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.

(CÁNTICO DE LAS CRIATURAS de San Francisco de Asís)

2 de octubre de 2010

Sancti Angeli Custodes nostri.


Desde la infancia a la muerte, la vida del cristiano está rodeada de la custodia de los ángeles. Muchos han sido los santos en la historia de la Iglesia que han favorecido la devoción y el trato a los ángeles custodios, entre los que podemos citar entre otros a San Bernardo, Padre Pio de Pietrelcina, San Josemaría Escrivá, el beato Juan XXIII...

El Catecismo de la Iglesias Católica (CIC 336), nos dice: "Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida". Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios.

La vida humana comienza en el momento de la concepción. Es en ese momento que Dios crea nuestra alma y se deduce que es entonces cuando se nos asigna el ángel custodio. Los ángeles custodios están encargados de velar por cada uno de nosotros, protegiéndonos de los peligros y alentando nuestra vida en Cristo. Deberíamos ser agradecidos con nuestro ángel e invocar su protección y guía.

La Iglesia celebra la fiesta de los ángeles custodios desde el Siglo XVII. Esta fiesta fue instituida por el Papa Clemente X.

Desde la Sagrada Escritura, el libro de Exodo 23, 20-23ª, nos dice: Así habla el Señor: «Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado [...] Entonces mi ángel irá delante de ti».

El evangelista San Mateo 18,10, nos comenta en su evangelio: "Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos.

Algunos padres de la Iglesia como San Basilio nos dice: "Todo fiel, tiene junto a sí un ángel como tutor y pastor, para llevarlo a la vida".

El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), nos dice que la existencia de los ángeles, es una verdad de fe.

328. La existencia de seres espirituales, no corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la Tradición.

329. San Agustín dice respecto a ellos: "Angelus officii nomen est, non naturae. Quaeris nomen huius naturae, spiritus est; quaeris officium, angelus est: ex eo quod est, spiritus est, ex eo quod agit, angelus" ("El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel"). Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan "constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos" (Mt 18, 10), son "agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra" (Sal 103, 20).

330. En tanto que criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello. Cristo "con todos sus ángeles"

331. Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le pertenecen: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles... (Mt 25, 31). Le pertenecen porque fueron creados por y para El: "Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él" (Col 1, 16).

Le pertenecen más aún porque los ha hecho mensajeros de su designio de salvación: "¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?" (Hb 1, 14).

332. Desde la creación y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de su realización: cierran el paraíso terrenal protegen a Lot, salvan a Agar y a su hijo, detienen la mano de Abraham, la ley es comunicada por su ministerio (cf Hch 7, 53), conducen el pueblo de Dios, anuncian nacimientos y vocaciones, asisten a los profetas, por no citar más que algunos ejemplos. Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el de Jesús.

333. De la Encarnación a la Ascensión, la vida del Verbo encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los ángeles. Cuando Dios introduce a su Primogénito en el mundo, dice: "adórenle todos los ángeles de Dios" (Hb 1, 6). Su cántico de alabanza en el nacimiento de Cristo no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: "Gloria a Dios... (Lc 2, 14). Protegen la infancia de Jesús, sirven a Jesús en el desierto, lo reconfortan en la agonía, cuando El habría podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos como en otro tiempo Israel. Son también los ángeles quienes "evangelizan" (Lc 2, 10) anunciando la Buena Nueva de la Encarnación, y de la Resurrección de Cristo. Con ocasión de la segunda venida de Cristo, anunciada por los ángeles, éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor.

334. De aquí que toda la vida de la Iglesia se beneficie de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles.

335. En su liturgia, la Iglesia se une a los ángeles para adorar al Dios tres veces santo; invoca su asistencia (así en el "Supplices te rogamus..." ["Te pedimos humildemente..."] del Canon romano o el "In Paradisum deducant te angeli..." ["Al Paraíso te lleven los ángeles..."] de la liturgia de difuntos, o también en el "Himno querúbico" de la liturgia bizantina) y celebra más particularmente la memoria de ciertos ángeles (san Miguel, san Gabriel, san Rafael, los ángeles custodios).

336. Desde la infancia a la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión. "Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida". Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios.

Ángel santo de la guarda,
compañero de mi vida,
tú que nunca me abandonas,
ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible,
sé que te hallas a mi lado,
escuchas mis oraciones
y cuentas todos mis pasos.

En las sombras de la noche,
me defiendes del demonio,
tendiendo sobre mi pecho
tus alas de nácar y oro.

Angel de Dios, que yo escuche
tu mensaje y que lo siga,
que vaya siempre contigo
hacia Dios, que me lo envía.

Testigo de lo invisible,
presencia del cielo amiga,
gracias por tu fiel custodia,
gracias por tu compañía.

En presencia de los ángeles,
suba al cielo nuestro canto:
gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo. Amén.

(Himno de la Liturgia de las Horas)

1 de octubre de 2010

Mi vocación es el amor.


Celebramos hoy la memoria de Santa Teresita del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia.

Su biografía:
02.01.1873: Nace Teresita en Alencón-Francia siendo la última de nueve hermanos.
28.08.1877: Primera Confesión de Teresita.
1879: Muere Celia, la bondadosa madre de Teresita.
08.05.1884: Primera Comunión.
14.06.1884: Recibe el sacramento de la Confirmación.
20.11.1887: Entrevista de Teresita con S.S. León XIII pidiéndole su ingreso en el Carmelo.
09.04.1888: Ingresa Teresita en el Carmelo deLisieux.
10.01.1889: Viste el hábito carmelitano.
08.09.1890: Profesión religiosa.
20.02.189: Es nombrada ayudante de la Madre Gonzaga para formar a las novicias.
27.09.1894: Muere su padre.
1895: Enero. Empieza a escribir la Historia de un alma.
1896: Enero. Termina de escribir la Historia de un alma.
30.07.1897: Recibe la Extremaunción.
19.08.1897: Última Comunión.
30.9.1897: A las siete y veinte minutos de la tarde da su último suspiro, que era un éxtasis de amor.
1923: Es beatificada por S.S. Pío Xl.
1925: Es canonizada por el mismo Pontífice.
1927: Pío XI la declara Patrona Universal de las misiones.

Toda la vida de Santa Teresita del Niño Jesús, según su propia expresión, fue "un cántico al amor" y efectivamente, el amor ocupó en su vida un lugar enteramente central. Decía que quería amar a Jesús "Como jamás había sido amado", que no conocía otro camino para llegar a la perfección que el amor. Que en la vida espiritual sólo pesa y cuenta el amor. "Reconocí claramente y me convencí, -dice ella misma- de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno".


Oración

Oh Dios, que has preparado tu Reino para los humildes y sencillos, concédenos la gracia de seguir confiadamente el camino de Santa Teresita del Niño Jesús, para que nos sea revelada por su intercesión, tu gloria eterna. Amén.