31 de mayo de 2010

MAGNIFICAT.



Se termina el mes de Mayo, un mes desde siempre dedicado a la Virgen y tan querido por el pueblo de Dios. Hoy, en esta fiesta de la Visitación de Nuestra Señora a su prima Isabel, entonamos con toda la Iglesia, el canto que María proclamó al Señor:



Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo,
acordándose de la misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos.
Amen.

25 de mayo de 2010

Su ruego fue escuchado...



Hace tres días, fallecía Don Francisco, un compañero sacerdote, al que tuve la suerte de tratar cada lunes durante tres años, y al que tuve la dicha de acompañar por la noche en el hospital, los últimos días de su corta pero devastadora enfermedad.

La siguiente oración, que a continuación comparto con todos vosotros, y que desconocía, me la entregaron esta tarde, y aunque bien es verdad, que Don Francisco no le pidió al Señor la fuerza para conquistar, ni tampoco riquezas, ni tener de todo para ser feliz, sí que tuvo todo lo que había esperado, como nos dice la oración. Y con la certeza y el conocimiento pleno de saber que ya todo se acababa, que llegaba a su fin, que era cuestión de días o tal vez de horas, vivió el tramo final de su enfermedad, pero siempre con la santa paz de saberse amado por Dios, de saber que no todo terminaba realmente, sino que ahora todo comenzaba, y que tanto esperaba; poder contemplar ya y por toda una eternidad, el rostro amoroso de Aquel que lo llamó, se fío de él y le concedió tan sublime ministerio. Por eso, puedo decir esta noche, que su ruego fue escuchado...

"Ora pro me", fueron las últimas palabras que le dije al salir de su habitación en el hospital. Ahora, con más razón, le vuelvo a pedir; Don Francisco, "ora pro me", "ora pro nobis"... desde la Casa del Padre.



Pedí a Dios la fuerza de conquistar,
y el Señor me hizo débil
para enseñarme a obedecer.

Pedí que me ayudase a hacer cosas mayores,
y el Señor hizo que enfermara
para hacer cosas mejores.

Pedí riquezas para ser feliz,
y me dio la pobreza
para que fuese bueno.

Pedí tener de todo para gozar de la vida
y tuve la vida
para poder gozar todo.

No tuve nada de lo que había pedido,
pero tuve todo lo que había esperado,
y fui entre todos los hombres
el más generosamente beneficiado.

16 de mayo de 2010

¡DÉJANOS LA PUERTA ABIERTA, SEÑOR!



Para gozar contigo, en la presencia de Dios
cantando y proclamando,
con los ángeles y mil coros celestiales,
que eres Santo y Dios,
Dios y Santo,
eternamente santo por los siglos de los siglos.

¡DÉJANOS LA PUERTA ABIERTA, SEÑOR!

Y, después de entrar Tú en el reino de los cielos,
comprender esperando
que, un día también nosotros,
tendremos un lugar en algún rincón eterno.
Y, al contemplar la grandeza de Dios,
festejar, en la gloria de ese inmenso cielo,
que ha merecido la pena ser de los tuyos.
permanecer firmes en tus caminos.
guardar tu nombre y tu memoria.
meditar tu Palabra y tu mensaje.
soñar con ese mundo tan diferente al nuestro.

¡DÉJANOS LA PUERTA ABIERTA, SEÑOR!

Que no la cierre el viento del camino fácil.
Que no la empuje nuestra falta de fe.
Que no la obstruya nuestro afán de tener aquí.

¡DÉJANOS LA PUERTA ABIERTA, SEÑOR!

Para vivir y morar contigo.
Para amar y vivir junto a Dios.
Para sentir el soplo eterno del Espíritu.
Para gozar en el regazo de María Virgen.

¡NO NOS CIERRES LA PUERTA DEL CIELO, SEÑOR!

14 de mayo de 2010

Consagración de los sacerdotes al Inmaculado Corazón de María.



ORACIÓN DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI.

Fátima, miércoles 12 de mayo de 2010.


"Madre Inmaculada, en este lugar de gracia,
convocados por el amor de tu Hijo Jesús,
Sumo y Eterno Sacerdote,
nosotros, hijos en el Hijo y sacerdotes suyos,
nos consagramos a tu Corazón materno,
para cumplir fielmente la voluntad del Padre.

Somos conscientes de que, sin Jesús,
no podemos hacer nada (cfr. Jn 15,5)
y de que, sólo por Él, con Él y en Él,
seremos instrumentos de salvación para el mundo.

Esposa del Espíritu Santo,
alcánzanos el don inestimable
de la transformación en Cristo.

Por la misma potencia del Espíritu
que, extendiendo su sombra sobre Ti,
te hizo Madre del Salvador,
ayúdanos para que Cristo, tu Hijo,
nazca también en nosotros.

Y, de este modo,
la Iglesia pueda ser renovada
por santos sacerdotes,
transfigurados por la gracia de Aquel
que hace nuevas todas las cosas.

Madre de Misericordia,
ha sido tu Hijo Jesús
quien nos ha llamadoa ser como Él:
luz del mundo y sal de la tierra(cfr. Mt 5,13-14).
Ayúdanos,con tu poderosa intercesión,
a no desmerecer esta vocación sublime,
a no ceder a nuestros egoísmos,
ni a las lisonjas del mundo,
ni a las tentaciones del Maligno.

Presérvanos con tu pureza,
custódianos con tu humildad
y rodéanos con tu amor maternal,
que se refleja en tantas almas consagradas a ti
y que son para nosotros
auténticas madres espirituales.
Madre de la Iglesia,
nosotros, sacerdotes,
queremos ser pastores
que no se apacientan a sí mismos,
sino que se entregan a Dios por los hermanos,
encontrando la felicidad en esto.
Queremos cada día repetir humildemente
no sólo de palabra sino con la vida,
nuestro “aquí estoy”.

Guiados por ti,
queremos ser Apóstoles de la Divina Misericordia,
llenos de gozo por poder celebrar diariamente
el Santo Sacrificio del Altar
y ofrecer a todos los que nos lo pidan
el sacramento de la Reconciliación.

Abogada y Mediadora de la gracia,
tu que estas unida
a la única mediación universal de Cristo,
pide a Dios, para nosotros,
un corazón completamente renovado,
que ame a Dios con todas sus fuerzas
y sirva a la humanidad como tú lo hiciste.

Repite al Señor esa eficaz palabra tuya:“no les queda vino” (Jn 2,3),
para que el Padre y el Hijo derramen sobre nosotros,
como una nueva efusión,
el Espíritu Santo.

Lleno de admiración y de gratitud
por tu presencia continua entre nosotros,
en nombre de todos los sacerdotes,
también yo quiero exclamar:“¿quién soy yo para que me visite
la Madre de mi Señor? (Lc 1,43).
Madre nuestra desde siempre,
no te canses de “visitarnos”,
consolarnos, sostenernos.

Ven en nuestra ayuda
y líbranos de todos los peligros
que nos acechan.

Con este acto de ofrecimiento y consagración,
queremos acogerte de un modo más profundo y radical,
para siempre y totalmente,
en nuestra existencia humana y sacerdotal.

Que tu presencia haga reverdecer el desierto
de nuestras soledades
y brillar el sol en nuestras tinieblas,
haga que torne la calma después de la tempestad,
para que todo hombre vea la salvación del Señor,
que tiene el nombre y el rostro de Jesús,
reflejado en nuestros corazones,
unidos para siempre al tuyo.
Así sea".

13 de mayo de 2010

Bajó de los cielos a Cova da Iria...


El 13 de mayo de 1917, en Fátima (Portugal), tres pastorcitos, Lucia Dos Santos, de 10 años; y sus primos Francisco y Jacinta Marto, de 9 y 7 años respectivamente, después de haber sido preparados por el ángel de Portugal, reciben la visita de la Madre del Cielo, María Santísima, quien se da a conocer como La Virgen del Rosario y les muestra su Inmaculado Corazón.
Juan Pablo II expresó numerosas veces, que la visita de la Virgen y sus mensajes en Fátima son de gran trascendencia para toda la humanidad. El se reconocía como el Papa de los mensajes, el que debía guiar a la Iglesia en tiempo de crisis. El puso, tanto la bala que traspasó su cuerpo en el atentado del 1981, como su anillo papal, a los pies de la Virgen de Fátima. El beatificó a dos de los videntes, el peregrinó a Fátima tres veces, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María según ella pidió, elevó la fiesta del Corazón Inmaculado de María a Memoria Obligatoria. Es hora, por tanto, de abrir el corazón a nuestra Santísima Madre.


Cronología de Fátima:

13 de mayo de 1917 -Primera aparición de la Virgen a los tres pastorcitos en la Cova da Iria (Fátima).

13 de octubre de 1917 -Ultima aparición de la Virgen a los tres pastorcitos y milagro del sol.

28 de abril de 1919 -Se inicia la construcción de la Capillita de las Apariciones.

13 de octubre de 1921 -Se permite por primera vez celebrar la Santa Misa.

13 de octubre de 1930 -El obispo de Leira declara dignas de fe las apariciones y autoriza el culto de Nuestra Señora de Fátima.

13 de mayo de 1931 -Primera consagración de Portugal al Inmaculado Corazón de María, hecha por el Episcopado Portugués, siguiendo el mensaje de Fátima.

31 de octubre de 1942 -Pío XII, hablando en portugués por la radio, consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María, haciendo mención velada de Rusia, según pedido por Nuestra Señora.

13 de mayo de 1946 -La estatua de Nuestra Señora de Fátima ubicada en la capillita es coronada por el Cardenal Marsella, Legado Pontificio. La corona fue ofrecida por las mujeres portuguesas en agradecimiento por haber librado a Portugal de la Segunda Guerra Mundial.

13 de mayo de 1967 -El Santo Padre Pablo VI viaja a Fátima en el cincuentenario de la primera aparición para pedir la paz del mundo y la unidad de la Iglesia.

12-13 de mayo, de 1982 -El Santo Padre Juan Pablo II viaja a Fátima como peregrino para agradecer el haber salido bien del brutal atentado sufrido exactamente un año antes en la plaza de San Pedro (13 de mayo de 1981) y de rodillas consagra la Iglesia, los hombres y los pueblos, al Inmaculado Corazón de María, haciendo veladamente mención de Rusia.

25 de marzo de 1984 -En la Plaza de San Pedro, delante de la Imagen de la Virgen, Juan Pablo II consagra una vez más, el mundo al Inmaculado Corazón de María, en unión con todos los obispos del mundo que previamente habían sido notificados para que se uniesen con Su Santidad en esta consagración. Mas tarde Lucía confirma que esta consagración satisface la petición hecha por la Virgen.

12 al 13 de mayo de 1991 -El Santo Padre Juan Pablo II vuelve a Fátima por segunda vez como peregrino, en el 10mo aniversario de su atentado.

13 de mayo, del 2000 - El Santo Padre Juan Pablo II, en su tercera visita a Fátima y ante más de 1 millón de peregrinos, beatifica a Francisco y Jacinta, y revela la tercera parte del "secreto de Fátima". Un momento histórico de gran trascendencia. El Papa confirma una vez más la importancia de los mensajes y de la santidad heroica de los niños videntes. Los presenta como importantísimo ejemplo oración, amor y penitencia.
13 de mayo de 2010- El Santo Padre Benedicto XVI, en su primera visita a Portugal, y con motivo del 10º aniversario de la beatificación de dos de los tres pastorcitos de Fátima, preside en la explanada del santuario la Eucaristía ante más de medio millón de personas.


Oración: ¡Oh María que nos regalaste en Cova da Iría tu Corazón Inmaculado!. Enséñanos los secretos que El esconde, para que conociéndolos podamos imitarlo, y cabizbajos pidamos perdón por lo poco que nos parecemos a ti. Haznos pequeños para que veamos el Cielo. Amén.


Oración de los pastorcitos: Oh Dios mío, yo creo, espero, adoro y os amo. Y os pido perdón por todos los que no creen, no esperan, no adoran y no os aman.Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente, y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Alma, Sangre y Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Tabernáculos de la tierra, en expiación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con las que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, te pido por la conversión de todos los pecadores. Amén.

11 de mayo de 2010

Aunque se tenga todo, si falta el amor...


Hace como cosa de un mes, una chica me hablaba de su ruptura matrimonial, y me decía con lágrimas en los ojos estas palabras que no he podido olvidar; “en mi casa, cuando el hambre entró por la puerta, el amor salió por la ventana”.

Ya sé que no es tu caso, J.A., y que la situación es totalmente distinta, pero he estado pensando en lo que me contabas esta tarde.

Ciertamente, en tu casa el hambre no entró por la puerta, pues lo tenían todo..., pero si es verdad, que si el amor no salió por la ventana, se tuvo entonces que esfumar por la chimenea del salón…

A veces uno cree tenerlo todo, y se cree eso, pues materialmente hablando es verdad, que lo tiene todo, o casi todo…pero en realidad, le falta lo más importante; el amor, el diálogo, la sinceridad, el saber pedir perdón, lo siento, me equivoqué…

Ya sé que no es tarea fácil, y que esta vida es como una rosa, una de las flores más hermosas, pero que no es solo flor y buen olor, tiene espinas y tantas… y como duele si te pinchan…y sin embargo, el encanto de las mismas es que siendo tan hermosas, no conocen que lo son…

Igual pasa con el amor, es cosa de dos, y siendo tan bello, no se da uno cuenta de lo que es, hasta que se muere..., entonces pasa a dormir el sueño eterno de los justos…

Como me decía un señor hace poco, y no le faltaba razón; “ la vida es como un vals que hay que saber bailar antes que acabe la música”. La vida es hermosa, y hay que saber vivirla antes que acabe; el amor es bello, pero hay que saber usarlo…sin intereses, sin medias tintas, sin te doy casi todo pero me reservo algo… antes de que se pase, como el arroz…

El verdadero amor cristiano, y en palabras de San Pablo a los Corintios; “todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor, no pasa nunca”, pero las cosas han sido así, algún día lo entenderás, sólo Dios lo sabe, y tanto... Mucho ánimo J.A., y que Dios te bendiga.

10 de mayo de 2010

Gracias por tu Amor...


Hoy, como cada 10 de mayo, los sacerdotes españoles, hemos celebrado a San Juan de Ávila, patrón del clero español (Almodóvar del Campo, 1499 - Montilla (Córdoba), 1569).

En mi diócesis, ha sido una jornada llena de agradecimiento al Señor por la vida de varios sacerdotes que este año celebran sus bodas de plata y oro sacerdotales. ¡Felicidades a todos hermanos! … y gracias de todo corazón.

También hemos recordado a los sacerdotes ausentes; a los enfermos, impedidos y que tanto sirvieron a nuestra Iglesia diocesana, y como no, un recuerdo especial para los que ya no están con nosotros, y han celebrado este día desde la Casa del Padre.

Hoy ha sido un día de agradecimiento, un día de Acción de Gracias por tantos y tantos beneficios. Un día, y como nos decía el Sr Obispo a todos los sacerdotes en la homilía, para volver al Amor primero, a ese AMOR que nos llamó, se fío plenamente de nosotros y nos confió tan sublime ministerio.

Gracias Señor, gracias por tu Amor…

9 de mayo de 2010

En la Misa recuérdanos Tú...


En la Misa Jesús, te queremos recordar, en la Misa recuérdanos Tú...

Así dice el estribillo de la canción, que han estado ensayando los niños de 1ª Comunión en la parroquia, como canto de entrada para las diversas celebraciones en las que recibirán o han recibido ya por vez primera, a Jesús Sacramentado.

Y digo diversas celebraciones, porque ya he tenido tres, y aún me queda por celebrar otras cuatro eucaristías, sólo de Primera Comunión. No creo que hacer una celebración con 120 niños a la vez, sea lo más idóneo, más bien, sería una auténtica locura..., en primer lugar para los niños, para todos los que de verdad quieren participan y como no, para el propio sacerdote.

Y es que en la Misa Jesús, te queremos recordar... pero no sólo en la Misa, sino en toda nuestra vida; en la calle, en el colegio, en el trabajo, paseando, con los amigos...

En la Misa Jesús, te queremos recordar..., pero creo que sería mejor decir, en la Misa recuérdanos Tú que somos un poco despistados, que con frecuencia nos olvidamos y apartamos de Tí,...que nos falta mucho amor...

Recuérdanos Jesús, que tenemos que ser cada día más santos, más alegres, reflejando con nuestra sonrisa, con toda nuestra vida, el gozo de la Pascua, la alegría de tu resurrección...

Recuérdanos Jesús, que en el amor a Dios, va siempre unido el amor al hermano, al prójimo, al próximo, al que está a nuestro lado necesitado, aunque muchas veces no nos damos cuenta, o no queremos...
Recuérdanos Tú, Jesús, que tenemos que ser más comprometidos con nuestra Madre la Iglesia...,que tenemos que quererla, respetarla, amarla,..aunque esté manchada por el pecado de sus miembros...,

Recuérdanos, y recuerda a los niños que han recibido la Primera Comunión, aunque para algunos, por no decir muchos, tal vez sea la última...,y aunque así sea, que sepan que Tú estas siempre con ellos, con nosotros, todos los días..., pero que respetas la libertad del ser humano... aunque bien sabemos, que Tú nunca te cansas de esperar...

Sí, Señor Jesús, recuerda a todos estos pequeños, a los que hoy te han recibido por primera vez, el fin de semana pasado, hace quince días, y a los que vendrán en las próximas semanas, que Tú los quieres con locura, que los recuerdas de verdad...que Tú nunca te cansas de esperar...

Que el mejor regalo que hemos recibido en la vida, lo has sido Tú...porque Tú, como el mejor de los amigos, nunca te cansas de esperar...



"Ven, oh Jesús bondadoso,
a mi tierno corazón,
dame un beso amoroso
de Primera Comunión".

8 de mayo de 2010

En el camino de la vida...


Hace unos días, mientras hacía la oración de la tarde, agradecía al Señor, cómo en el camino de la vida, me he ido encontrando a tanta gente que de una forma u otra, han marcado mi vida y ministerio sacerdotal.

Siempre hay gente nueva, nuevos rostros, que se unen a los viejos amigos, a los de siempre, a los de hace cuatro años, dos o uno. ¿Será casualidad?, je, je, porque los nombres de estos nuevos rostros comienzan todos por A. Sí por A. Y por A comienzan también las palabras; Amor, Amistad, Alegría y Acogida.

Y ahora, en esta mañana de sábado, agradezco al Señor y a nuestra Madre la Virgen, el que anoche haya estado cenando en casa de A. y A., unos amigos encantadores, no de serpientes, sino de dos “fierillas” que tienen...gracias amigos.

Hace algunas semanas, A se acercó a mí, me sorprendió ciertamente. Descubrí a una persona estupenda, a un padre ejemplar..., siempre estaré ahí… gracias.

Y esta semana, vino a verme A., con quien he estado hablando largo rato. Gente buena, sencilla, extraordinaria…, no podía ser menos, ¿verdad?, gracias.

No creo en la casualidad. Creo que Dios, como Padre bueno, nos concede en cada momento lo que mejor nos conviene, y entre otras, nos pone a los demás en el camino de la vida, incluso a los que menos pensamos...no se a quien se le ha ocurrido decir que los sacerdotes estamos solos...

Es el Señor, el que nos anima a vivir en el Amor, a ser portadores de Alegría, a sembrar la semilla de la Amistad, teniendo siempre una actitud de Acogida.

Porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Dejan un poco de sí y se llevan un poco de nosotros. Habrá de los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada.

Estamos en las manos de Dios, y nos sabemos amados por Él. El nos exige como buen Padre, pero nos da siempre a manos llenas, el ciento por uno y luego…sí, la vida eterna.

El quiere lo mejor para nosotros. Sí, lo mejor, aunque no lo parezca, y todo, porque nos ama. Dios escribe así, derecho pero en renglones torcidos, y no utiliza pluma, que utiliza la pata de la mesa, para que veamos bien que es Él el que escribe y no otro.

Esta es la prueba evidente amigos, de que en esta vida, en este mundo nuestro, las personas no nos encontramos por pura casualidad...

7 de mayo de 2010

Sacerdotes llenos de esperanza...


Monseñor Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba, dijo a los sacerdotes en la celebración anual de San Juan de Ávila, que deben ser «santos» y no «meros funcionarios» a la hora de ejercer su labor pastoral.

En su homilía pronunciada en la Catedral de Córdoba, Monseñor Fernández dijo a los sacerdotes que, para cumplir con la "sagrada misión" que Jesucristo les ha confiado, "es preciso que planteemos nuestra vida en clave de santidad. No somos meros funcionarios, que cumplen su oficio a unas horas y con unas tareas concretas".

Esto implica hacer de su existencia "una donación sin reservas, a tiempo completo, siguiendo a Jesucristo pobre, casto y obediente, y dejando que nuestra vida se consuma por la caridad pastoral en el servicio a los hermanos".

Ello se hace aún más necesario ahora, cuando se viven "tiempos recios", en los que los sacerdotes están llamados a actuar "como atalayas, como centinelas, como capitanes de la civilización del amor", ya que "nuestra época necesita santos, necesita santos sacerdotes".

De hecho, según subrayó el Obispo de Córdoba, "serán los sacerdotes santos los que transformarán el mundo desde dentro, pues de la santidad del sacerdote depende sobre todo el fruto de su ministerio. Este año sacerdotal ha sido convocado para que los sacerdotes recuperemos cada vez más este norte, y a la pregunta que tantos se plantean sobre el tipo de sacerdote que necesita hoy nuestra Iglesia y nuestro mundo, respondamos con toda claridad: La Iglesia hoy necesita sacerdotes santos, el mundo de hoy necesita sacerdotes santos".

Éstos, según detalló, deben ser "sacerdotes con una fuerte experiencia de Dios, alimentada continuamente en la oración abundante. Con una entrega total de sus vidas, desprendidos de todo, incluso de sí mismos. Con una disponibilidad misionera para evangelizar donde sea necesario. Sacerdotes que viven con gozo la comunión eclesial, que aman al Papa y siguen su magisterio y su disciplina. Sacerdotes llenos de esperanza y, por tanto, capaces de levantar la esperanza de los hombres de nuestro tiempo".

Al mismo tiempo, el prelado consideró igualmente preciso "reafirmar, también en nuestros días, el valor del celibato sagrado, que en la Iglesia latina es un carisma requerido por el Orden sagrado y que las Iglesias orientales tienen en grandísima consideración". (Información extraída de InfoCatólica).

El mundo que vamos a dejar...


Leopoldo Abadía, ingeniero industrial, escritor y profesor español (Zaragoza, 1933), autor de "La crisis Ninja", nos comenta con uno de sus peculiares artículos, el mundo que dejaremos a los que vienen detrás. Ciertamente, este problema cualquier sociólogo lo podría describir de una forma más “diplomática”, con un lenguaje menos coloquial y llano, pero creo que no de forma tan sensata como el autor lo hace aqui. Da que pensar… y mucho.

“Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que "Dios les coja confesados".

Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación. En muchas conferencias, se levanta una señora (esto es pregunta de señoras) y dice esa frase que me a mí me hace tanta gracia: "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?" Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?"

Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido: "¡y a mí, ¿qué me importa?!" Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.

Yo era hijo único. Ahora, cuando me reúno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.

Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz. Y me exigieron mucho.

Pero ¿qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:

1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial
3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización

Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro. ¿Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? ¡Si no se lo podían imaginar!

Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.

Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.

A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales,.Lo que por ahí se llama "buena gente".

Porque si son buena gente harán un mundo bueno. Y harán negocios sanos. Y, si son capitalistas, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano. (Si son mala gente, demostrarán con sus hechos que el capitalismo es sano, pero que ellos son unos sinvergüenzas.)

Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos.En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.

Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho más qué hijos íbamos a dejar a este mundo.

A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar. Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.

Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.

Pero lo fundamental es lo otro: los padres. Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado. Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.

P.S.
1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles“.

4 de mayo de 2010

No estamos solos...ustedes tampoco.

Ahora es el tiempo de los santos.


Hace unos días, un amigo sacerdote me envió una bonita homilía, pronunciada por el Padre Roger Landry, sacerdote norteamericano, sobre los recientes escándalos de abusos a menores en el seno de la Iglesia Católica y la actitud de los católicos ante tales situaciones. Sin justificar tales hechos, la homilía aporta luz y esperanza. Al ser demasiado larga, he optado por abreviarla lo mejor posible, de forma que no se desvirtúe el mensaje central, para que como buenos católicos, y a pesar del pecado de algunos miembros, sigamos con fidelidad a Cristo en su Cuerpo que es la Iglesia.

“…Los tiempos actuales, son tiempos duros para ser sacerdote hoy. Son tiempos duros para ser católicos hoy. Pero también son tiempos magníficos para ser un sacerdote hoy y tiempos magníficos para ser católicos hoy. Jesús dice en las bienaventuranzas: “Bienaventurados serán cuando los injurien, y los persigan y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes.”

Yo he experimentado de primera mano esta bienaventuranza, al igual que otros sacerdotes que conozco. A principios de esta semana, cuando termine de hacer ejercicio en un gimnasio local, salía yo del vestíbulo con mi traje negro de clérigo. Una madre, apenas me vio, apresuradamente aparto a sus hijos del camino y los protegió de mí mientras yo pasaba. Me miro cuando pase y cuando me había alejado lo suficiente, respiro aliviada y soltó a sus hijos. ¡Como si yo fuera a atacarlos a mitad de la tarde en un club deportivo!

Pero mientras que todos nosotros quizá tengamos que padecer tales insultos y falsedades por causa de Cristo, de hecho debemos regocijarnos. Es un tiempo fantástico para ser cristianos hoy, porque es un tiempo en el que Dios realmente necesita de nosotros para mostrar Su verdadero rostro. En tiempos pasados, la Iglesia era respetada. Los sacerdotes eran respetados. La Iglesia tenía reputación de santidad y bondad. Pero ya no es así.

Hay que ser un verdadero hombre y una verdadera mujer para mantenerse a flote y nadar contra la corriente que se mueve en oposición a la Iglesia. Hay que ser un verdadero hombre y una verdadera mujer para reconocer que cuando se nada contra la corriente de las críticas, estamos más seguros que cuando permanecemos adheridos a la Roca sobre la que Cristo fundo su Iglesia. Este es uno de esos tiempos. Es uno de los grandes momentos para ser cristianos.

Algunas personas predicen que en esta región la Iglesia pasará tiempos difíciles y quizá sea así, pero la Iglesia sobrevivirá, porque el Señor se asegurará que sobreviva. Una de las más grandes réplicas en la historia sucedió justamente hace unos 200 años. El emperador francés Napoleón engullía con sus ejércitos a los países de Europa con la intención final de dominar totalmente el mundo. En aquel entonces dijo una vez al Cardenal Consalvi: “Voy a destruir su Iglesia”, y el Cardenal le contesto: “No, no podrá”. Napoleón, le dijo otra vez: “Voy a destruir su Iglesia”, y el Cardenal le volvió a repetir confiado: “No, no podrá. ¡Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo!”. Si los malos papas, los sacerdotes infieles y miles de pecadores en la Iglesia no han tenido éxito en destruirla desde su interior, ¿cómo lo harán desde el exterior?.

El Cardenal apuntaba a una verdad crucial. Cristo nunca permitirá que Su Iglesia fracase. Él prometió que las puertas del infierno no prevalecerían sobre Su Iglesia, que la barca de Pedro, la Iglesia que navega en el tiempo hacia su puerto eterno en el cielo, nunca se volcara, no porque aquellos que van en ella no cometan todos los pecados posibles para hundirla, sino porque Cristo, que también está en la barca, nunca permitirá que esto suceda. Cristo sigue en la barca y Él nunca la abandonará.

La magnitud de este escándalo (hablando sobre los casos de pedofilia) podría ser tal, que de ahora en adelante ustedes encuentren difícil confiar en los sacerdotes de la misma manera como lo hicieron en el pasado. Esto puede suceder y podría no ser tan malo. ¡Pero nunca pierdan la confianza en el Señor! ¡Es Su Iglesia! Aún cuando algunos de Sus elegidos lo hayan traicionado, Él llamará a otros que serán fieles, que los servirán a ustedes con el amor que merecen ser servidos, tal como ocurrió después de la muerte de Judas, cuando los once apóstoles se pusieron de acuerdo y permitieron que el Señor eligiera a alguien que tomara el lugar de Judas y escogieron al hombre que terminó siendo San Matías, quien proclamó fielmente el Evangelio hasta ser martirizado por él.

¡Este es un tiempo en el que todos nosotros necesitamos concentrarnos aún más en la santidad! ¡Estamos llamados a ser santos y cuanto necesita nuestra sociedad ver ese rostro hermoso y radiante de la Iglesia!. Ustedes son parte de la solución, una parte crucial de la solución. Y cuando caminen al frente hoy para recibir de las manos ungidas de este sacerdote el Sagrado Cuerpo del Señor, pídanle a Él que los llene de un deseo real de santidad, un deseo real de mostrar Su auténtico rostro.

Una de las razones por las que yo estoy aquí como sacerdote para ustedes hoy es porque siendo joven, me impresionaron negativamente algunos de los sacerdotes que conocí. Los veía celebrar la Misa y casi sin reverencia alguna dejaban caer el Cuerpo del Señor en la patena, como si tuvieran en sus manos algo de poco valor en vez de al Creador y Salvador de todos, en vez de a MI Creador y Salvador. Recuerdo haberle dicho al Señor, reiterando mi deseo de ser sacerdote: “¡Señor, por favor, déjame ser sacerdote para que pueda tratarte como Tú mereces!” Eso me dio un ardiente deseo de servir al Señor.

Quizá este escándalo les permita a ustedes hacer lo mismo. Este escándalo puede ser algo que los conduzca por el camino del suicidio espiritual o algo que los inspire a decir, finalmente, “Quiero ser santo, para que yo y la Iglesia podamos glorificar tu nombre como Tú lo mereces, para que otros puedan encontrarte en el amor y la salvación que yo te he encontrado.” Jesús esta con nosotros, como lo prometió, hasta el final de los tiempos. Él sigue en la barca.

Tal como a partir de la traición de Judas, Él alcanzó la más grande victoria en la historia del mundo, nuestra salvación por medio de Su Pasión, muerte y Resurrección, también a través de este episodio Él puede traer y quiere traer un nuevo renacimiento de la santidad, para lanzar unos nuevos Hechos de los Apóstoles en el siglo XXI, con cada uno de nosotros -y esto te incluye a TI- jugando un papel estelar. Ahora es el tiempo para que los verdaderos hombres y mujeres de la Iglesia se pongan de pie. Ahora es el tiempo de los santos. ¿Cómo vas a responder tú?” (P. Roger Landry).

1 de mayo de 2010

Un varón "justo".


Celebramos hoy a San José, metido en su papel de obrero, artesano, carpintero, trabajador infatigable al servicio de su pueblo.

Las Sagradas Escrituras y Juan Pablo II en su Exortación Apostólica "El custodio del Redentor", llamaron a San José "el hombre justo". El término “Justo”, significa ser una persona santa, recta, honesta, íntegra y virtuosa. Y José lo fue.

San José es el más grande de todos los santos, y el ser humano más santificado, después de la Santísima Virgen. En realidad, algunos de los doctores de la Iglesia afirmaron que no se les dieron gracias a ninguno de los santos, que San José no haya recibido también.

Santo Tomás de Aquino dijo que Dios nos da las gracias según el lugar que ocupamos en la vida y el trabajo que hacemos. Por tanto, si Ud. está casado y tiene hijos, Dios le dará las gracias para ser un esposo y un padre santo. Al hombre que es sacerdote, Dios le da la gracia para ser un sacerdote santo. Medite sobre la cantidad de gracia que recibió San José, el humilde y sencillo trabajador de Nazaret para poder ser el padre terreno del Hijo de Dios y el esposo virginal de María. San José es el más grande de todos los santos, porque estuvo más unido que todos los demás, a Jesús y a su Santísima Madre.

San José, ruega por nosotros. Así sea.

¡Bendita seas, María!


Comenzamos el mes de Mayo, popularmente conocido como el mes de la Virgen María, nuestra Madre del Cielo. A Ella, que nos dio al Salvador del mundo, nos encomendamos. Le pedimos que seamos fieles como Ella, que nos fiemos plenamente de Dios como Ella, que seamos de Dios, como Ella.


Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A Ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día,
alma vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía. Amén.