26 de agosto de 2013

Desde Artenara con agradecimiento...





Ayer celebrábamos con gozo y alegría, la fiesta en honor de Nuestra Señora la Virgen de la Cuevita, y como decía al comenzar la homilía en la Misa Solemne, estas fiestas tienen para mi, al igual que para el resto de los artenarenses y personas cercanas a nuestro pueblo, un significado muy especial.

Para los hijos de Artenara, estas fiestas no son unas fiestas más, unas fiestas que hay que celebrar cada año porque tocan. Estas fiestas son las fiestas de nuestra Madre de la Cuevita y las fiestas de la Madre, son fiestas que los creyentes, preparamos y celebramos con gran cariño y devoción.

Tratemos de aprender de María. Hagamos de nuestra vida de creyentes un acto de amor llevado al extremo, como Ella. Que como buenos artenarenses de hoy, imitando a los artenarenses de ayer, que nos legaron y transmitieron el regalo de la fe, vayamos siempre de la mano de María, al encuentro de Jesús.


11 de agosto de 2013

Santa Clara de Asís; la Dama pobre.




En el medievo, en la región italiana de Asís, surge una gran mujer entregada totalmente a la vivencia del Evangelio cuya fiesta hoy celebramos. Santa Clara de Asís, mujer apasionada de Dios, la Dama pobre.


Ruega por nosotros...




Amorosa Madre, 
para que tu Hijo,
no nos desampare.

Para ser felices, para ser santos...



Que nunca lo olvidemos...



A lo que Dios nos llama...



Las dificultades...



Los cristianos tibios.



Alzar la mirada al cielo...



Esto se acaba...




La Misa de este domingo pone delante de nosotros una consideración muy importante, posiblemente de las más verdaderas que escuchamos nunca: esto se acaba. Caminamos hacia el final de nuestras vidas terrenas, esperamos la salvación final. A veces la verdad asusta pero es conveniente conocerla: la verdad siempre salva, la verdad siempre nos hace libres, nos permite elegir el bien. Una sociedad que detesta la verdad, detesta la libertad y no podrá alcanzar el bien.

Ante el final de nuestras vidas y el comienzo de la salvación, la Palabra de Dios nos propone tres cosas:

- Estad preparados
- Haceos tesoros en el Cielo.
- Al que mucho se le dio mucho se le exigirá

Estad preparados. Siempre en nuestras vidas nos estamos preparando. En el colegio nos preparamos para el Instituto. En el Instituto para la Universidad. En la Universidad para una profesión. En la vida para casarnos, para entregarnos a otra persona, a Dios. Todo aquello que nos interesa exige de nosotros que estemos preparados. Si queremos ganar un partido tenemos que entrenar mucho tiempo. Si queremos cocinar bien, antes tenemos que prepararnos. Las cosas necesitan preparación, y las cosas más importantes necesitan una preparación mayor. Ahora bien, lo más importante que esperamos es el Cielo. Al final de nuestras vidas nos espera el Cielo, ¿estamos preparados ya? ¿aquí y ahora? A la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.

Haceos tesoros en el Cielo. La mejor forma de prepararse para el Cielo es ir poniendo allí nuestros tesoros. Ir preparando allí un hogar. En ese hogar están ya viviendo algunos de nuestros antepasados. Recordad lo que decía hace unos días el papa Francisco: nadie ha visto nunca un cortejo fúnebre que vaya seguido de un camión de mudanzas. Ningún muerto se lleva nada de esta vida a la otra. Sólo nuestras obras, lo que hacemos en esta vida, tiene su reflejo en la eternidad. Los tesoros del Cielo son nuestras buenas obras, nuestros detalles de amor y servicio al prójimo. Todo está contabilizado por Dios.

Al que mucho se le dio mucho se le exigirá. No podemos quedarnos tranquilos con lo que hacemos. Piensa en todo lo que te ha dado Dios: la vida, la familia, la fe, unos medios para vivir, una comunidad cristiana… Hay otros que no tienen casi nada de esto. A ellos, Dios les pedirá poco, pero a ti y a mí nos pedirá mucho, un montón, porque nosotros sabemos lo que el Señor quiere y tenemos que estar dispuesto a ponerlo en obra. Pensad en lo que ocurre en el Evangelio al criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra. ¿Qué es lo que quiere Dios de nosotros?: obras de misericordia, obras de amor a Dios y al prójimo. (Extraído de Resimus).


Solo si quieres...