25 de agosto de 2012

Hijas de Santa María del Corazón de Jesús.




El próximo miércoles, 29 de agosto, se cumplen dos años de mi visita a este Convento de las Hijas de Santa Mª del Corazón de Jesús,en Galapagar (Madrid), Instituto religioso apostólico de derecho Pontificio nacido el 8 de Setiembre de 1998, que procede de otra Congregación Religiosa: Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, cuyo lema: "Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús" refleja el  deseo de todas ellas de llevar el amor de Cristo a todo el mundo como contemplativas y misioneras del Amor Trinitario de Dios, revelado en Cristo. Rezan por el Santo Padre, los Obispos y los Sacerdotes, para que sus corazones sean reflejo del Corazón Sacerdotal de Cristo.

Su Fundadora, Madre María de Jesús Velarde, ha sido el instrumento elegido por Dios para llevar al Instituto por el camino de santidad que la Iglesia ratificó el 25 de diciembre del mismo año, fecha en que aprobó las Constituciones. La actual Superiora General del Instituto es la Rvda. Madre María del Mar Merino, elegida el pasado mayo de 2011, en el Tercer capítulo general.

En aquellos dias del mes de agosto de 2010, me encontraba en la sierra madrileña de convivencia con otros 42 compañeros sacerdotes y uno de esos dias, exactamente el domingo, 29 de agosto, tuvimos un dia de excursión, que algunos de nosotros lo aprovechamos, nunca mejor dicho, para darnos una escapada hasta Galapagar y asistir a la ceremonia de Profesión de votos perpetuos de varias hermanas de este convento madrileño.

No recuerdo bien, si eran 120, 200, 260 o más, lo cierto es que eran tantas en la ceremonia, que perdí la cuenta, mientras sentado en el presbiterio y boquiabierto las iba contando una a una, mientras ellas, bastante jóvenes y felices, pasaban a felicitar a las hermanas que acababan de hacer la profesión perpetua.

Después de la ceremonia y los saludos correspondientes, tuvimos la comida con las familias respectivas de cada una de las jóvenes que habian profesado aquel dia.

Como anécdota, solo decir que tuvimos la suerte de compartir mesa y diálogo con la Fundadora del Instituto Madre María de Jesús Velarde, y con el Cardenal Emérito de Valencia, don Agustin Garcia Gasco, quien ofició  la Santa Misa, y a quien la hermana muerte, como decia San Francisco de Asís, sorprendió en Roma 10 meses después, cuando se disponia a participar en la Ceremonia de beatificación del Papa Juan Pablo II.

Si amigo lector, jóvenes, bastante jóvenes, ya lo comprobarás o lo habrás comprobado en el video adjunto, pero sobre todo, felices, muy muy felices... ¿o no?.

Que el Señor, siga bendiciendo a este Instituto de Santa Mª del Corazón de Jesús por quien rezo cada día, con abundantes vocaciones, y a nosotros, los que también nos hemos entregado al Señor desde el sacerdocio, que ellas nos animen a seguir siendo fieles con el testimonio de su entrega, alegria y perseverancia. Gracias a todas.

24 de agosto de 2012

Apóstol San Bartolomé.



Oh, Dios omnipotente y eterno, que hiciste este día tan venerable con la festividad de tu Apóstol San Bartolomé, concede a tu Iglesia amar lo que el creyó, y predicar lo que él enseñó hasta dar la vida.
Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén


23 de agosto de 2012

No te merezco Madre...



... pero te necesito.

Santa Rosa de Lima, patrona del Perú.



Rosa de Lima, la primera santa americana canonizada, nació de ascendencia española en la capital del Perú en 1586. Sus humildes padres son Gaspar de Flores y María de Oliva.

Aunque la niña fue bautizada con el nombre de Isabel, se la llamaba comúnmente Rosa y ése fue el único nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio. Rosa tomó a Santa Catalina de Siena por modelo, a pesar de la oposición y las burlas de sus padres y amigos. En cierta ocasión, su madre le coronó con una guirnalda de flores para lucirla ante algunas visitas y Rosa se clavó una de las horquillas de la guirnalda en la cabeza, con la intención de hacer penitencia por aquella vanidad, de suerte que tuvo después bastante dificultad en quitársela. Como las gentes alababan frecuentemente su belleza, Rosa solía restregarse la piel con pimienta para desfigurarse y no ser ocasión de tentaciones para nadie.

Una dama le hizo un día ciertos cumplimientos acerca de la suavidad de la piel de sus manos y de la finura de sus dedos; inmediatamente la santa se talló las manos con barro, a consecuencia de lo cual no pudo vestirse por sí misma en un mes. Estas y otras austeridades aún más sorprendentes la prepararon a la lucha contra los peligros exteriores y contra sus propios sentidos. Pero Rosa sabía muy bien que todo ello sería inútil si no desterraba de su corazón todo amor propio, cuya fuente es el orgullo, pues esa pasión es capaz de esconderse aun en la oración y el ayuno. Así pues, se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.

Aunque era capaz de oponerse a sus padres por una causa justa, jamás los desobedeció ni se apartó de la más escrupulosa obediencia y paciencia en las dificultades y contradicciones.

El padre de Rosa fracasó en la explotación de una mina, y la familia se vio en circunstancias económicas difíciles. Rosa trabajaba el día entero en el huerto, cosía una parte de la noche y en esa forma ayudaba al sostenimiento de la familia. La santa estaba contenta con su suerte y jamás hubiese intentado cambiarla, si sus padres no hubiesen querido inducirla a casarse. Rosa luchó contra ellos diez años e hizo voto de virginidad para confirmar su resolución de vivir consagrada al Señor.

Al cabo de esos años, ingresó en la tercera orden de Santo Domingo, imitando así a Santa Catalina de Siena. A partir de entonces, se recluyó prácticamente en una cabaña que había construido en el huerto. Llevaba sobre la cabeza una cinta de plata, cuyo interior era lleno de puntas sirviendo así como una corona de espinas. Su amor de Dios era tan ardiente que, cuando hablaba de El, cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma. Ese fenómeno se manifestaba, sobre todo, cuando la santa se hallaba en presencia del Santísimo Sacramento o cuando en la comunión unía su corazón a la Fuente del Amor.

Dios concedió a su sierva gracias extraordinarias, pero también permitió que sufriese durante quince años la persecución de sus amigos y conocidos, en tanto que su alma se veía sumida en la más profunda desolación espiritual.

El demonio la molestaba con violentas tentaciones. El único consejo que supieron darle aquellos a quienes consultó fue que comiese y durmiese más. Más tarde, una comisión de sacerdotes y médicos examinó a la santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales.

Rosa pasó los tres últimos años de su vida en la casa de Don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño. Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".

Dios la llamó a Sí el 24 de agosto de 1617, a los treinta y un años de edad. El capítulo, el senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron para transportar su cuerpo al sepulcro. El Papa Clemente X la canonizó en 1671.

Aunque no todos pueden imitar algunas de sus prácticas ascéticas, ciertamente nos reta a todos a entregarnos con mas pasión al amado, Jesucristo. Es esa pasión de amor la que nos debe mover a vivir nuestra santidad abrazando nuestra vocación con todo el corazón, ya sea en el mundo, en el desierto o en el claustro.

15 de agosto de 2012

Mi alma engrandece al Señor...

Al Cielo os vais, Señora...





Al cielo os vais, Señora,
y allá os reciben con alegre canto.
¡Oh quién pudiera ahora
asirse a vuestro manto
para subir con vos al monte santo!

De ángeles sois llevada,
de quien servida sois desde la cuna,
de estrellas coronada:
¡Tal Reina habrá ninguna,
pues os calza los pies la blanca luna!

Volved los blancos ojos,
ave preciosa, sola humilde y nueva,
a este valle de abrojos,
que tales flores lleva,
do suspirando están los hijos de Eva.

Que, si con clara vista
miráis las tristes almas desde el suelo,
con propiedad no vista,
la subiréis de un vuelo,
como piedra de imán al cielo, al cielo.

 

14 de agosto de 2012

San Maximiliano Kolbe.






San Maximiliano María Kolbe O. F. M. (Zduńska Wola, 8 de enero de 1894 - Auschwitz, 14 de agosto de 1941) fue un fraile franciscano conventual polaco asesinado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Su nombre significa: "El más importante de la familia".

Cursó estudios de filosofía y teología en Roma. Durante esa etapa de formación en la capital italiana creó, por sugerencia del rector Esteban Igundi, la Milicia de la Inmaculada junto con otros de sus compañeros. Fundada en 1917, la agrupación se extendería posteriormente por todo el mundo.

Investido sacerdote en 1918, de regreso a Polonia impartió clases de teología hasta que en 1922 inició su apostolado mariano con la revista Rycerz Niepokalanej, primero en Cracovia, posteriormente en Grodno (1923) y, desde 1927, en la Ciudad de la Inmaculada, que el propio Kolbe fundó a cuarenta kilómetros de Varsovia. En 1930 viajó a Japón, donde fundaría, en la región de Nagasaki, la segunda Ciudad o Jardín de la Inmaculada. Editó además una revista mariana en lengua nipona. Proyectó crear nuevas misiones marianas en Corea, China e India, pero diversas dificultades se lo impidieron.

De vuelta a su país, fue otra vez el superior de la Casa de la Inmaculada y cobró gran popularidad. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial fue deportado dos veces a Alemania por los nazis. En 1941 fue confinado en el campo de concentración de Auschwitz, tristemente célebre por sus horrores. Auschwitz.

Un día se fugó un preso. La ley de los alemanes era que por cada preso que se fugara del campo de concentración, tenían que morir diez de sus compañeros. Hicieron el sorteo 1-2-3-4...9...10 y al que le iba correspondiendo el número 10 era puesto aparte para echarlo a un sótano a morirse de hambre. De pronto al oírse un 10, el hombre a quien le correspondió ese número dio un grito y exclamó: "Dios mío, yo tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?".

En ese momento el padre Kolbe dice al oficial: "Yo me ofrezco para reemplazar al compañero que ha sido señalado para morir de hambre".

El oficial le responde: ¿Y por qué?

- Es que él tiene esposa e hijos que lo necesitan. En cambio yo soy soltero y solo, y nadie me necesita.

El oficial duda un momento y enseguida responde: Aceptado.

Y el prisionero Kolbe es llevado con sus otros 9 compañeros a morirse de hambre en un subterráneo. Aquellos tenebrosos días son de angustias y agonías continuas. El santo sacerdote anima a los demás y reza con ellos. Poco a poco van muriendo los demás. Y al final después de bastantes días, solamente queda él con vida. Como los guardias necesitan ese local para otros presos que están llegando, le ponen una inyección de cianuro y lo matan. Era el 14 de agosto de 1941.

En el campo de Auschwitz se ofreció voluntariamente para cumplir el suplicio impuesto a un padre de familia. Kolbe murió de inanición en su celda, convertida hoy en lugar de peregrinación, y su ejemplar sacrificio se divulgó por todo el mundo. Fue beatificado por Pablo VI en 1971 y canonizado por Juan Pablo II en 1982.

13 de agosto de 2012

Testimonio de Rita Irasema Aragón.




Del quirófano a la clausura...



Hizo sus primeras prácticas en la Universidad de Harvard, después amplió su especialidad en el Hospital de Massachussets...

Akiko Tamura tiene 37 años y una brillantísima carrera a sus espaldas como cirujana torácica, especialidad que viene desarrollando desde hace cinco años en la prestigiosa Clínica de la Universidad de Navarra.

Sus amigas también la definen como "la reina de la fiesta y los Gin Tonics", y la propia Akiko dice de ella misma al Diario Vasco que "soy una persona muy activa, pensé que era lo contrario al prototipo de monja de clausura".

Esta madrileña de padre japonés y madre navarra comenta que "aunque yo no me lo creía, existe lo que se conoce como `llamada´".


Un Jueves Santo...

"El cambio más radical en mi vida ha sido dejar que Dios la llevase más que yo...", señala al diario Abc.

"Este Jueves Santo iba en mi coche tan tranquila y de repente, en medio de mi corazón noté claramente que Dios me pedía ser carmelita descalza. Ni oí voces ni vi visiones, solo sentí una paz y un amor de Dios bestial".


Salvar cuerpos... y salvar almas

"Me he dedicado a salvar cuerpos y ahora quiero salvar almas" subraya con suavidad esta cirujana de ascendencia japonesa.

"Al principio mi familia me preguntaba ´¿Qué vas a hacer en un convento? ¿Perder todo tu talento?´". Pero Akiko confiesa que a ella no se le hubiera ocurrido lo de meterse a monja pero que «es el plan de Dios».

El sábado pasado ingresó en el convento de las Carmelitas Descalzas de Zarautz (Guipúzcoa).

4 de agosto de 2012

Los sacerdotes que abusaron de mí...




Cuidémonos gravemente de tratar con ellos...

Cuando era muy niño, sin tener conciencia, sin libertad, sin poderme defender, uno de ellos me hizo hijo de Dios, heredero de la Vida Eterna, Templo del Espíritu Santo y miembro de la Iglesia, nunca podré perdonarle haberme hecho tanto bien.

Otro, insistió en mis años tiernos, en inculcarme violentando mi voluntad, el respeto por el Nombre de Dios, la necesidad absoluta de la oración diaria, la obediencia y la reverencia a mis padres, el amor por mi Patria y me enseñó la utopía de no mentir, no robar, no hablar mal de otros, perdonar y todas esas cosas que nos hacen tan mojigatos y ridículos....

Otro apareció aludiendo que el Espíritu Santo, debía venir a completar la obra comenzada en el Bautismo, que me harían falta sus dones y sus frutos, que ya era hora de que viniera en mi ayuda Aquél que me haría defender la Fe, como un soldado ¡Qué osadía hablar en términos tan bélicos!, hizo en esa época que cuidara mi alma de las del mundo, que fuera noble, leal y honesto...

Otro abusó dándome libros para leer, no le bastaban sus consejos, que hacían poner la mirada en la eternidad y vivir como extraños aquí en la tierra, ¿Quién sacará ahora de mi cabeza Los cuatro Evangelios?; ¿Las glorias de María?; ¿La Imitación de Cristo?; ¿Las Confesiones?; ¿Las Moradas?, etc., ¿Quién será capaz de curarme de todos esos tesoros que me marcaron para siempre?.

Otro abusó de mi ignorancia enseñándome cosas que no sabía, otro no hablaba pero su vida virtuosa me inclinaba cada vez más a imitarlo. Hubo algunos que se aprovecharon de mí en momentos inesperados y me corrigieron, me alentaron y hasta rezaron por mí.

Otros, cuando yo ya estaba en un círculo del cual no podía salir, se empecinaron con mi naturaleza caída y me incitaron a recibir a Jesucristo en su Cuerpo y Sangre, para resistir a los embates del enemigo, para fortalecer mi flaqueza y santificarme cada día más. Aunque para aquél que lea esta denuncia, le parezca que esto ya es demasiado y que más bien no se puede hacer, les digo que los abusos siguieron en aumento y todo pasó a mayores, cada vez que conocía a un sacerdote, se aprovechaba de mí con renovados métodos, reliquias, estampas, agua bendita, rosarios, bendiciones y oraciones de todo tipo, armaban una cárcel de tremendos beneficios que llegaron al límite de lo soportable.

Quiero dejar claro esta injusticia llena de perversidad y que atiendan a mi reclamo en esta denuncia, por que sé que algunos de ellos me estará esperando para seguir con esta iniquidad, sentado en un confesonario o a lado de mi cama cuando esté moribundo y aunque desaparezca seguirán abusando con sufragios por mi alma y súplicas de misericordia.

Quiero que se sumen a mi voz todos aquéllos que han sido víctimas de estos atropellos y se han sentido ultrajados por estas personas, pues sé que a otros los han unido en matrimonio, a otros le descubrieron su vocación, a otros hasta llegaron a ayudarlos materialmente o guardaron con llave en su corazón para siempre secretos tremendos de sus miserias humanas.

Cuidémonos gravemente de tratar con ellos, no les demos nuestros datos, no los miremos a los ojos, no les consultemos absolutamente nada, no sigamos ninguno de sus pasos, pues corremos el riesgo un día de caer en sus trampas y salvarnos eternamente. (Rvdo. Padre Gustavo Caro)

A todos mis hermanos sacerdotes...





Hoy, muy temprano, cuando los tímidos rayos del sol comenzaban a hacer su imponente presencia en la mañana, comenzaban también a hacer su presencia los primeros mensajes de felicitación en el móvil. Un amigo sacerdote, me mandaba uno muy bonito y que comparto con todos vosotros:  "Nuestras acciones, tildadas de indiferente para tantos, son inmensas e importantes para la mirada del buen Dios" (Santo Cura de Ars).

Felicidades hermano sacerdote. Que el Santo Cura de Ars, nos conceda ese ardiente celo de almas y un verdadero deseo de santidad. ¡FELIZ DÍA A TODOS!.

Intercede por nosotros...





Hoy celebramos a San Juan Mª Vianney,  patrón de todos los sacerdotes. San Juan Mª Vianney, conocido como el santo cura de Ars, nació en Dardilly, al noroeste de Lyon, Francia, el 8 de mayo de 1786. Hijo de Matthieu Vianney y Marie Beluze, fue el tercero de seis hermanos, de una familia campesina.

En 1806, el cura de Ecully, M. Balley, abrió una escuela para aspirantes a eclesiásticos, y Juan María fue enviado a ella. Aunque era de inteligencia mediana y sus maestros nunca parecen haber dudado de su vocación, sus conocimientos eran extremadamente limitados, limitándose a un poco de aritmética, historia, y geografía, y encontró el aprendizaje, especialmente el estudio del latín, excesivamente difícil. Uno de sus compañeros, Matthias Loras, después primer obispo de Dubuque, le ayudaba en sus lecciones de latín. Como otros muchos seminaristas, hizo una peregrinación al santuario de San Juan Francisco Régis en Lalouvesc (1806). Ese mismo año es dispensado del servicio militar en su calidad de aspirante al sacerdocio.

Sin embargo, es llamado a filas en 1809, y el 26 de octubre, el joven recluta ingresa al cuartel de Lyon para ser enviado al ejército napoleónico que invadía España, vía Roanne.

El 6 de enero de 1810, Juan María deserta, y con la falsa identidad de Jerónimo Vincent, se oculta en los bosques del Forez, en los alrededores de Noes. Liberado del servicio militar y de su situación irregular por el enrolamineto anticipado de su hermano menor, el desertor regresa en octubre de 1810 a casa del párroco Balley. Recibe la tonsura el 28 de mayo siguiente.

Ingresa finalmente al Seminario Menor de Verriéres a los 26 años, para cursar filosofía en francés pues su «debilidad -en los estudios- es extrema». Allí fue compañero de curso de otro santo, San Marcelino Champagnat, fundador de los Hermanos Maristas.

El 13 de agosto de 1815 fue ordenado sacerdote por Monseñor Simon, obispo de Grenoble. Fue enviado a Ecully como ayudante de M. Balley, quien fue el primero en reconocer y animar su vocación, que había intercedido ante los examinadores cuando suspendió el ingreso en el seminario mayor, y que era su modelo tanto como su preceptor y protector.

En 1818, tras la muerte de M. Balley, Vianney fue hecho párroco de Ars, una aldea no muy lejos de Lyon. Fue en el ejercicio de las funciones de párroco en esta remota aldea francesa en las que se hizo conocido en toda Francia y el mundo cristiano. Algunos años después de llegar a Ars, fundó una especie de orfanato para jóvenes desamparadas. Se le llamó "La Providencia" y fue el modelo de instituciones similares establecidas más tarde por toda Francia. El propio Vianney instruía a las niñas de "La Providencia" en el catecismo, y estas enseñanzas llegaron a ser tan populares, que se daban todos los días en la iglesia ante grandes multitudes.

Vista de la localidad de Ars, con la Basílica en la que se venera el cuerpo de san Juan María."La Providencia", aunque tuvo éxito, fue cerrada en 1847, porque Juan María pensaba que no estaba justificado mantenerla frente a la oposición de mucha buena gente.

Pero la principal labor del Cura de Ars fue la dirección de almas. No llevaba mucho tiempo en Ars cuando la gente empezó a acudir a él de otras parroquias, luego de lugares distantes, más tarde de todas partes de Francia, y finalmente de otros países.

Ya en 1835, su obispo le prohibió asistir a los retiros anuales del clero diocesano porque "las almas le esperaban allí". Durante los últimos diez años de su vida, pasó de dieciséis a dieciocho horas diarias en el confesionario. Su consejo era buscado por obispos, sacerdotes, religiosos, jóvenes y mujeres con dudas sobre su vocación, pecadores, personas con toda clase de dificultades y enfermos. En 1855, el número de peregrinos había alcanzado los veinte mil al año. Las personas más distinguidas visitaban Ars con la finalidad de ver al cura y oír su enseñanza cotidiana.

Murió el 4 de agosto de 1859. Sus restos mortales se conservan incorruptos en el gran santuario dedicado a él en Ars, el pequeño lugar al que dedicó su vida como sacerdote y donde falleció.

El 3 de octubre de 1874 Juan Bautista María Vianney fue proclamado venerable por Pío IX y beatificado el 8 de enero de 1905. El papa Pío X lo propuso como modelo para el clero parroquial. En 1925, el papa Pío XI lo canonizó. Su fiesta se celebra el 4 de agosto.

El papa Juan XXIII escribe en 1959 la encíclica Sacerdotii nostri primordia, en la cual realza, en el centenario de la muerte del Santo, las virtudes primordiales de todo sacerdote: el sacerdocio, la oración, la eucaristía y el celo apostólico.

Cincuenta años más tarde, el papa Benedicto XVI proclamó un año completo conmemorando los 150 años de san Juan María: del 19 de junio de 2009 al 11 de junio de 2010. Nombrado patrono de todos los sacerdotes católicos, este año fue llamado el Año sacerdotal.