25 de abril de 2013

La grandeza del que reza con humildad...




"Solo soy un humilde fraile que ora"

Padre Pío.

Con actitud serena y orante ...




La agresión sufrida el pasado 18 de abril por monseñor André-Joseph Léonard, arzobispo de Bruselas-Malines, ha recorrido como un escalofrío toda Europa. 

Las imágenes estremecen por la ferocidad y el odio con que se comportaron las agresoras, un grupo de feministas radicales denominado Femen.

Irrumpieron en el aula de la Universidad Libre de Bruselas donde monseñor Léonard estaba pronunciando una conferencia. Iban desnudas de torso, llevaban consignas pintadas en el cuerpo y gritaban "¡Stop, homofobia!". 

Rodearon al obispo y vaciaron sobre su cuerpo botellas de agua con una imagen de la Virgen en el exterior, mientras seguían insultándole y gritando consignas hirientes contra la Iglesia y se burlaban de los símbolos cristianos.

La noticia de la agresión ha dado la vuelta al mundo. Pero lo que ha asombrado a millones de personas es la actitud serena y orante del obispo durante el ataque.

En plena agresión, mientras las autoras del atentado escupían todo su odio y lo humillaban empapándole de agua y exhibiéndose desnudas delante de él, monseñor Léonard tomó la imagen de Nuestra Señora de Lourdes que las agresoras habían tirado sobre la mesa y la besó.

Esta respuesta es un motivo de orgullo y reconocimiento, no solo para los católicos, sino para cualquiera que aprecie el valor de la dignidad humana.

No es la primera vez que monseñor Léonard sufre una agresión. En 2011, un grupo de radicales estampó cuatro tartas en su cara, durante un acto en la Universidad de Lovaina. En dos ocasiones más, le propinaron un tartazo, una durante la celebración de una Eucaristía, y otra, en plena calle, cuando se disponía a entrar en un edificio.

Los medios periodísticos y las oficinas gubernamentales de todo el mundo glosan estos días el ejemplo de resistencia pacífica y valiente que ha dado monseñor André-Joseph Léonard al fantasma de la intolerancia religiosa que parece renacer en Europa para evocar los peores instintos de la historia de la Humanidad.


21 de abril de 2013

Con Él, nada me falta...




El Señor es mi pastor, nada me falta
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque Tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.(...)
Tu bondad y tu misericordia
me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del señor,
por años sin término.

(Salmo 22)


Sacerdotes de Cristo.



Sean sacerdotes de Cristo, 
llenos de misericordia y ternura, 
voz del Pueblo de Dios y de la humanidad entera.  

(El Papa Francisco, 22 de abril de 2013).


Sé valiente...


14 de abril de 2013

Tú sabes que te quiero...





En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. 
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.» 
Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.» 
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. 
Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?» 
Ellos contestaron: «No.» 
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» 
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.» 
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. 
Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.» 
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. 
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.» 
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. 
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» 
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» 
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.» 
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» 
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» 
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.» 
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» 
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.» 
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. 
Dicho esto, añadió: «Sígueme.» (Juan 21,1-19).


Et universali Patri...


¿Quién nos salva?



La formación religiosa.




Algunos, lo que tienen es una formación religiosa infantil. Saben de Religión lo que estudiaron de niños, y no han vuelto a estudiar Religión. Es como el traje de Primera Comunión. Se te ha quedado pequeño. Cuando hiciste la Primera Comunión estabas muy mono con tu traje de marinerito. ¡Pero no te lo puedes poner ahora porque lo revientas!¡Porque no te va!. Pues con esto lo mismo. La formación religiosa que recibiste de niño, para niño te iba muy bien, pero ahora de hombre tienes que saber Religión a lo hombre, no a lo niño. Por eso, el que se ha quedado con una formación religiosa infantil se llena de problemas, de dudas y de dificultades.


Padre Jorge Loring.

Nunca tristes.



Como hijos de Dios...



Salud y Paz.