9 de junio de 2010

Enamoradas...



En el mes de julio de 2002 y siendo aún estudiante de Teología, pase unos días con unos amigos en el Monasterio Benedictino de Santo Domingo de Silos, en Burgos, y una de aquellas tardes, el Señor nos brindó la oportunidad de visitar Lerma, y como no, su hoy famoso convento de Ntra. Sra. de la Asunción, de monjas clarisas.

La Madre Verónica Berzosa (actual Madre Abadesa y hermana de Mons. Raúl Berzosa, Obispo auxiliar de Oviedo) a quien pude tratar personalmente cuando era maestra de novicias, nos comentaba por entonces el aumento de vocaciones y lo corto que se les habían quedado los espacios dentro de aquellos muros, hasta el extremo que en las mismas celdas, en lugar de ser individuales como manda la santa regla, habían tenido que colocar literas…

Ya han pasado ocho largos años, y las vocaciones, lejos de disminuir, han ido en aumento, de forma que se ha procedido al desdoblamiento del convento en dos sedes distintas con una misma Madre Abadesa, el convento de Lerma propiamente dicho, con 40 monjas y el recién reconstruido monasterio de San Pedro Regalado, en La Aguilera, cerca de Aranda de Duero, con más de 100 monjas.

Proceden de toda España y de diferentes clases sociales. La edad media es de 35 años, y la gran mayoría poseen títulos universitarios o con años de experiencia en el mundo laboral. Quienes llegaron farmacéuticas, físicas, actrices, publicistas, abogadas, estudiantes, empresarias, empleadas…se levantan ahora a las seis y media de la mañana y dedican seis horas al día a la oración en la clausura del convento.

Chicas como Alejandra, brillante ejecutiva de Arthur Andersen afirma: «Comprendí que luchar por el dinero, la fama y el prestigio social, no era suficiente para dar sentido a toda una vida».

Ante esta efusión de juventud, locura y amor por el Señor, nadie duda que Dios hoy sigue llamando y que no son cosas del pasado…y para ello, están las clarisas de La Aguilera. Que el mundo se entere…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué hermoso viaje aquel, qué buenos recuerdos.

Saludos,

Yeray

Anónimo dijo...

Ciertamente, fue un viaje inolvidable, habrá que repetirlo...Un abrazo Norberto. Jonathan.

Anónimo dijo...

No se si están muy enamoradas del Señor o si estan de Veronica, porque si estuviesen enamoradas verdaderamente del Señor hubiesen seguido donde estaban