Un compañero sacerdote me envió estos seis consejos para no aburrirse en misa. Desde el próximo domingo te animo a poner en práctica el que te parezca más importante y así uno tras otro. Al poco tiempo notarás los resultados y empezarás a disfrutar en verdad del Día del Señor.
1.- Mientras vas a la Iglesia prepara tu corazón. Piensa: “voy a encontrarme con el Señor y con un grupo de hermanos en la fe. Hoy Jesús quiere decirme algo”. Pregúntate: “¿De qué le voy a dar gracias a Dios hoy? ¿Qué llevo para presentarle?”.
2.- Sé puntual y colócate en un sitio próximo al altar. El altar es el centro de nuestra asamblea. No te sientes lejos, separado del resto, una comunidad dispersa no es signo de “comunión”.
3.- Coge en tus manos la hoja de canto que te ofrecen o encuentras en el banco y participa también cantando. El canto cohesiona a la asamblea, nos ayuda a entrar en lo que celebramos y crea un clima de fiesta.
4.- Presta atención a las lecturas y a la predicación del sacerdote. Te encontrarás con sorpresas: con frecuencia Dios nos dice grandes cosas a través de los renglones torcidos de un mal predicador .
5.- Tras haber participado en la comunión eucarística, aprovecha el silencio para hablar con el Señor e interiorizar lo que estás celebrando, dale gracias, programa algo nuevo para la semana que empieza.
6.- No salgas antes de que el sacerdote se retire. Responde desde tu sitio a la invitación del sacerdote a “ir en paz”. Luego, si conoces a alguien, salúdalo y comparte tu alegría cuando llegues a casa.
1.- Mientras vas a la Iglesia prepara tu corazón. Piensa: “voy a encontrarme con el Señor y con un grupo de hermanos en la fe. Hoy Jesús quiere decirme algo”. Pregúntate: “¿De qué le voy a dar gracias a Dios hoy? ¿Qué llevo para presentarle?”.
2.- Sé puntual y colócate en un sitio próximo al altar. El altar es el centro de nuestra asamblea. No te sientes lejos, separado del resto, una comunidad dispersa no es signo de “comunión”.
3.- Coge en tus manos la hoja de canto que te ofrecen o encuentras en el banco y participa también cantando. El canto cohesiona a la asamblea, nos ayuda a entrar en lo que celebramos y crea un clima de fiesta.
4.- Presta atención a las lecturas y a la predicación del sacerdote. Te encontrarás con sorpresas: con frecuencia Dios nos dice grandes cosas a través de los renglones torcidos de un mal predicador .
5.- Tras haber participado en la comunión eucarística, aprovecha el silencio para hablar con el Señor e interiorizar lo que estás celebrando, dale gracias, programa algo nuevo para la semana que empieza.
6.- No salgas antes de que el sacerdote se retire. Responde desde tu sitio a la invitación del sacerdote a “ir en paz”. Luego, si conoces a alguien, salúdalo y comparte tu alegría cuando llegues a casa.
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