2 de noviembre de 2008

En la vida y en la muerte, somos de Dios.


El día 2 de noviembre, la Iglesia conmemora a todos los Fieles Difuntos. Hoy, es un día muy oportuno para recordar el sentido cristiano de la muerte y la práctica de la Iglesia desde tiempo inmemorial. Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico, para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos” y en otro lugar afirma también: “Nuestra oración por los difuntos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor”.
La Iglesia ora por los difuntos en todas las celebraciones de la Eucaristía y hoy lo hace de forma especial. Es hoy un día especialmente oportuno para vivir la fe en la verdad de la comunión de los santos; esto es la profunda comunión que hay, en Cristo, entre los miembros de la Iglesia que peregrina en la tierra, la Iglesia de los que se purifican de sus culpas, y la Iglesia de la gloria, de los que ya han alcanzado la patria celestial y la visión de Dios. Hoy es, sobre todo, un día para vivir la fe en Jesucristo, vencedor de la muerte por su Resurrección.
Y termino con una de las oraciones del ritual de difuntos; “Que el Señor sea misericordioso con nuestros hermanos, para que, libres de la muerte, absueltos de sus culpas, reconciliados con el Padre y llevados sobre los hombros del buen Pastor, merezcan gozar de la perenne alegría de los santos en el séquito del rey eterno”.
Que todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los difuntos interceden por nosotros desde la Casa del Padre. La Comunión de los santos nos ayuda a ello. Ellos participan de la resurrección de Cristo en plenitud, y nosotros esperamos unirnos un dia a ellos ofreciendo mientras, oraciones y sufragios por su decanso. Felicidades por el blog padre.

Anónimo dijo...

Somos de Dios, pero el mundo no termina de darse cuenta...