Ayer celebrábamos la fiesta de San Juan Mª Vianney, también conocido como el santo cura de Ars. Este sacerdote francés de finales del siglo XVIII y mediados del XIX, nos habla en una de sus catequesis sobre la oración y su importancia en la vida cristiana. Y nos dice; "Consideradlo, hijos mios: el tesoro del cristiano, no está en la tierra, sino en el cielo. Por esto, nuestro pensamiento debe estar siempre orientado hacia donde está nuestro tesoro. La oración no es otra cosa que la unión con Dios. En esta intima unión, Dios y el alma son como dos trozos de cera fundidos en uno solo, que ya nadie puede separar. Es algo muy hermoso esta unión de Dios con su pobre criatura, es una felicidad que supera nuestra comprensión. Hay personas que se sumergen totalmente en la oración, como los peces en el agua, porque están totalmente entregadas al buen Dios y hablan con El, del mismo modo que hablamos entre nosotros. Nosotros, por el contrario, ¡cuantas veces venimos a la iglesia sin saber lo que hemos de hacer o pedir!. Y, sin embargo, cuando vamos a casa de cualquier persona, sabemos bien para que vamos. Muchas veces pienso, que, cuando venimos a adorar al Señor, obtendríamos todo lo que le pedimos si se lo pidiéramos con una fe muy viva y un corazón muy puro". Como el santo cura de Ars, hay personas que nunca abandonan la oración. Más aun, la vida del cristiano no se entiende sin la oración. La oración, tiene que ganar nuestra vida y sacarla de la mediocridad. Santa Teresa de Jesús hablaba del "trato con Dios", y decía que dejar la oración es perder el camino. Hacer oración es hablar con Dios, es tratar a Dios, como hablamos y tratamos a un amigo, es abandonarnos por entero a Él, poner nuestra vida en sus manos, dejar a sus pies nuestros gozos, exitos, tristezas y fracasos. Es escucharle, dejarnos modelar por Él como barro en manos del alfarero. Gracias Santo cura de Ars, gracias por ser maestro de oración para los cristianos, y gracias, por ser para nosotros, los sacerdotes, testimonio de entrega sin reserva a Dios y a los demás.
1 comentario:
Hoy más que nunca es necesario recobrar en la Iglesia la importancia de la oración, de la contemplación, del silencio que nos predispone a escuchar a Dios. Los planes pastorales, las actividades de las parroquias, etc quedan vacías si no oramos con constancia, si no aprendemos a relacionar con el Señor.
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