Según los escritos antiguos y la tradición, San Valentín, fue presbítero y mártir cristiano de la Iglesia primitiva. Valentín, junto con San Mario, y su familia, socorría a los mártires de la persecución de Claudio II. Su virtud y sabiduría le habían granjeado la veneración de los cristianos y de los gentiles. Mereció el nombre de "Padre de los pobres" por su caridad y su celo pastoral. Obligado a apostatar de la fe en Cristo, fue detenido, encarcelado, encadenado y apaleado con mazas. Ante tanta fortaleza en el martirio, fue enviado por el emperador al prefecto de Roma, quien al ver que todas sus promesas para hacerlo renunciar a la fe eran ineficaces mandó a que lo decapitaran. Esto tuvo lugar el 14 de febrero del año 270. Parece que fue el Papa Julio I quien hizo construir una iglesia cerca de Ponte Mole en memoria del mártir. La mayor parte de sus reliquias están ahora en la iglesia de Santa Praxedes. La costumbre sajona de que los jóvenes y las doncellas se escogieran como prometidos en este día, probablemente se basa en la creencia popular que encontramos relatada en la literatura desde los tiempos del poeta inglés Chaucer, de que los pájaros comenzaban a formar parejas el día de San Valentín. “Yo soy la luz del mundo. Quien me sigue, no anda en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan, 8, 12).
3 comentarios:
Todos estamos enamorados...,pero los que se han entregado al Señor, mucho más...han dado la vida por Él. Que enamorado hace esto...Felicidades a todos los que aman y se dejan amar por EL. Saludos.
Ciertamente, todos somos y estamos enamorados. Gracias Padre por su blog.Saluditos.
Es muy importante tener en cuenta que somos muy importante para esta persona, aunque no la veamos.
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