23 de agosto de 2012

Santa Rosa de Lima, patrona del Perú.



Rosa de Lima, la primera santa americana canonizada, nació de ascendencia española en la capital del Perú en 1586. Sus humildes padres son Gaspar de Flores y María de Oliva.

Aunque la niña fue bautizada con el nombre de Isabel, se la llamaba comúnmente Rosa y ése fue el único nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio. Rosa tomó a Santa Catalina de Siena por modelo, a pesar de la oposición y las burlas de sus padres y amigos. En cierta ocasión, su madre le coronó con una guirnalda de flores para lucirla ante algunas visitas y Rosa se clavó una de las horquillas de la guirnalda en la cabeza, con la intención de hacer penitencia por aquella vanidad, de suerte que tuvo después bastante dificultad en quitársela. Como las gentes alababan frecuentemente su belleza, Rosa solía restregarse la piel con pimienta para desfigurarse y no ser ocasión de tentaciones para nadie.

Una dama le hizo un día ciertos cumplimientos acerca de la suavidad de la piel de sus manos y de la finura de sus dedos; inmediatamente la santa se talló las manos con barro, a consecuencia de lo cual no pudo vestirse por sí misma en un mes. Estas y otras austeridades aún más sorprendentes la prepararon a la lucha contra los peligros exteriores y contra sus propios sentidos. Pero Rosa sabía muy bien que todo ello sería inútil si no desterraba de su corazón todo amor propio, cuya fuente es el orgullo, pues esa pasión es capaz de esconderse aun en la oración y el ayuno. Así pues, se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.

Aunque era capaz de oponerse a sus padres por una causa justa, jamás los desobedeció ni se apartó de la más escrupulosa obediencia y paciencia en las dificultades y contradicciones.

El padre de Rosa fracasó en la explotación de una mina, y la familia se vio en circunstancias económicas difíciles. Rosa trabajaba el día entero en el huerto, cosía una parte de la noche y en esa forma ayudaba al sostenimiento de la familia. La santa estaba contenta con su suerte y jamás hubiese intentado cambiarla, si sus padres no hubiesen querido inducirla a casarse. Rosa luchó contra ellos diez años e hizo voto de virginidad para confirmar su resolución de vivir consagrada al Señor.

Al cabo de esos años, ingresó en la tercera orden de Santo Domingo, imitando así a Santa Catalina de Siena. A partir de entonces, se recluyó prácticamente en una cabaña que había construido en el huerto. Llevaba sobre la cabeza una cinta de plata, cuyo interior era lleno de puntas sirviendo así como una corona de espinas. Su amor de Dios era tan ardiente que, cuando hablaba de El, cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma. Ese fenómeno se manifestaba, sobre todo, cuando la santa se hallaba en presencia del Santísimo Sacramento o cuando en la comunión unía su corazón a la Fuente del Amor.

Dios concedió a su sierva gracias extraordinarias, pero también permitió que sufriese durante quince años la persecución de sus amigos y conocidos, en tanto que su alma se veía sumida en la más profunda desolación espiritual.

El demonio la molestaba con violentas tentaciones. El único consejo que supieron darle aquellos a quienes consultó fue que comiese y durmiese más. Más tarde, una comisión de sacerdotes y médicos examinó a la santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales.

Rosa pasó los tres últimos años de su vida en la casa de Don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño. Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".

Dios la llamó a Sí el 24 de agosto de 1617, a los treinta y un años de edad. El capítulo, el senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron para transportar su cuerpo al sepulcro. El Papa Clemente X la canonizó en 1671.

Aunque no todos pueden imitar algunas de sus prácticas ascéticas, ciertamente nos reta a todos a entregarnos con mas pasión al amado, Jesucristo. Es esa pasión de amor la que nos debe mover a vivir nuestra santidad abrazando nuestra vocación con todo el corazón, ya sea en el mundo, en el desierto o en el claustro.

15 de agosto de 2012

Mi alma engrandece al Señor...

Al Cielo os vais, Señora...





Al cielo os vais, Señora,
y allá os reciben con alegre canto.
¡Oh quién pudiera ahora
asirse a vuestro manto
para subir con vos al monte santo!

De ángeles sois llevada,
de quien servida sois desde la cuna,
de estrellas coronada:
¡Tal Reina habrá ninguna,
pues os calza los pies la blanca luna!

Volved los blancos ojos,
ave preciosa, sola humilde y nueva,
a este valle de abrojos,
que tales flores lleva,
do suspirando están los hijos de Eva.

Que, si con clara vista
miráis las tristes almas desde el suelo,
con propiedad no vista,
la subiréis de un vuelo,
como piedra de imán al cielo, al cielo.

 

14 de agosto de 2012

San Maximiliano Kolbe.






San Maximiliano María Kolbe O. F. M. (Zduńska Wola, 8 de enero de 1894 - Auschwitz, 14 de agosto de 1941) fue un fraile franciscano conventual polaco asesinado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Su nombre significa: "El más importante de la familia".

Cursó estudios de filosofía y teología en Roma. Durante esa etapa de formación en la capital italiana creó, por sugerencia del rector Esteban Igundi, la Milicia de la Inmaculada junto con otros de sus compañeros. Fundada en 1917, la agrupación se extendería posteriormente por todo el mundo.

Investido sacerdote en 1918, de regreso a Polonia impartió clases de teología hasta que en 1922 inició su apostolado mariano con la revista Rycerz Niepokalanej, primero en Cracovia, posteriormente en Grodno (1923) y, desde 1927, en la Ciudad de la Inmaculada, que el propio Kolbe fundó a cuarenta kilómetros de Varsovia. En 1930 viajó a Japón, donde fundaría, en la región de Nagasaki, la segunda Ciudad o Jardín de la Inmaculada. Editó además una revista mariana en lengua nipona. Proyectó crear nuevas misiones marianas en Corea, China e India, pero diversas dificultades se lo impidieron.

De vuelta a su país, fue otra vez el superior de la Casa de la Inmaculada y cobró gran popularidad. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial fue deportado dos veces a Alemania por los nazis. En 1941 fue confinado en el campo de concentración de Auschwitz, tristemente célebre por sus horrores. Auschwitz.

Un día se fugó un preso. La ley de los alemanes era que por cada preso que se fugara del campo de concentración, tenían que morir diez de sus compañeros. Hicieron el sorteo 1-2-3-4...9...10 y al que le iba correspondiendo el número 10 era puesto aparte para echarlo a un sótano a morirse de hambre. De pronto al oírse un 10, el hombre a quien le correspondió ese número dio un grito y exclamó: "Dios mío, yo tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?".

En ese momento el padre Kolbe dice al oficial: "Yo me ofrezco para reemplazar al compañero que ha sido señalado para morir de hambre".

El oficial le responde: ¿Y por qué?

- Es que él tiene esposa e hijos que lo necesitan. En cambio yo soy soltero y solo, y nadie me necesita.

El oficial duda un momento y enseguida responde: Aceptado.

Y el prisionero Kolbe es llevado con sus otros 9 compañeros a morirse de hambre en un subterráneo. Aquellos tenebrosos días son de angustias y agonías continuas. El santo sacerdote anima a los demás y reza con ellos. Poco a poco van muriendo los demás. Y al final después de bastantes días, solamente queda él con vida. Como los guardias necesitan ese local para otros presos que están llegando, le ponen una inyección de cianuro y lo matan. Era el 14 de agosto de 1941.

En el campo de Auschwitz se ofreció voluntariamente para cumplir el suplicio impuesto a un padre de familia. Kolbe murió de inanición en su celda, convertida hoy en lugar de peregrinación, y su ejemplar sacrificio se divulgó por todo el mundo. Fue beatificado por Pablo VI en 1971 y canonizado por Juan Pablo II en 1982.

13 de agosto de 2012

Testimonio de Rita Irasema Aragón.




Del quirófano a la clausura...



Hizo sus primeras prácticas en la Universidad de Harvard, después amplió su especialidad en el Hospital de Massachussets...

Akiko Tamura tiene 37 años y una brillantísima carrera a sus espaldas como cirujana torácica, especialidad que viene desarrollando desde hace cinco años en la prestigiosa Clínica de la Universidad de Navarra.

Sus amigas también la definen como "la reina de la fiesta y los Gin Tonics", y la propia Akiko dice de ella misma al Diario Vasco que "soy una persona muy activa, pensé que era lo contrario al prototipo de monja de clausura".

Esta madrileña de padre japonés y madre navarra comenta que "aunque yo no me lo creía, existe lo que se conoce como `llamada´".


Un Jueves Santo...

"El cambio más radical en mi vida ha sido dejar que Dios la llevase más que yo...", señala al diario Abc.

"Este Jueves Santo iba en mi coche tan tranquila y de repente, en medio de mi corazón noté claramente que Dios me pedía ser carmelita descalza. Ni oí voces ni vi visiones, solo sentí una paz y un amor de Dios bestial".


Salvar cuerpos... y salvar almas

"Me he dedicado a salvar cuerpos y ahora quiero salvar almas" subraya con suavidad esta cirujana de ascendencia japonesa.

"Al principio mi familia me preguntaba ´¿Qué vas a hacer en un convento? ¿Perder todo tu talento?´". Pero Akiko confiesa que a ella no se le hubiera ocurrido lo de meterse a monja pero que «es el plan de Dios».

El sábado pasado ingresó en el convento de las Carmelitas Descalzas de Zarautz (Guipúzcoa).

4 de agosto de 2012

Los sacerdotes que abusaron de mí...




Cuidémonos gravemente de tratar con ellos...

Cuando era muy niño, sin tener conciencia, sin libertad, sin poderme defender, uno de ellos me hizo hijo de Dios, heredero de la Vida Eterna, Templo del Espíritu Santo y miembro de la Iglesia, nunca podré perdonarle haberme hecho tanto bien.

Otro, insistió en mis años tiernos, en inculcarme violentando mi voluntad, el respeto por el Nombre de Dios, la necesidad absoluta de la oración diaria, la obediencia y la reverencia a mis padres, el amor por mi Patria y me enseñó la utopía de no mentir, no robar, no hablar mal de otros, perdonar y todas esas cosas que nos hacen tan mojigatos y ridículos....

Otro apareció aludiendo que el Espíritu Santo, debía venir a completar la obra comenzada en el Bautismo, que me harían falta sus dones y sus frutos, que ya era hora de que viniera en mi ayuda Aquél que me haría defender la Fe, como un soldado ¡Qué osadía hablar en términos tan bélicos!, hizo en esa época que cuidara mi alma de las del mundo, que fuera noble, leal y honesto...

Otro abusó dándome libros para leer, no le bastaban sus consejos, que hacían poner la mirada en la eternidad y vivir como extraños aquí en la tierra, ¿Quién sacará ahora de mi cabeza Los cuatro Evangelios?; ¿Las glorias de María?; ¿La Imitación de Cristo?; ¿Las Confesiones?; ¿Las Moradas?, etc., ¿Quién será capaz de curarme de todos esos tesoros que me marcaron para siempre?.

Otro abusó de mi ignorancia enseñándome cosas que no sabía, otro no hablaba pero su vida virtuosa me inclinaba cada vez más a imitarlo. Hubo algunos que se aprovecharon de mí en momentos inesperados y me corrigieron, me alentaron y hasta rezaron por mí.

Otros, cuando yo ya estaba en un círculo del cual no podía salir, se empecinaron con mi naturaleza caída y me incitaron a recibir a Jesucristo en su Cuerpo y Sangre, para resistir a los embates del enemigo, para fortalecer mi flaqueza y santificarme cada día más. Aunque para aquél que lea esta denuncia, le parezca que esto ya es demasiado y que más bien no se puede hacer, les digo que los abusos siguieron en aumento y todo pasó a mayores, cada vez que conocía a un sacerdote, se aprovechaba de mí con renovados métodos, reliquias, estampas, agua bendita, rosarios, bendiciones y oraciones de todo tipo, armaban una cárcel de tremendos beneficios que llegaron al límite de lo soportable.

Quiero dejar claro esta injusticia llena de perversidad y que atiendan a mi reclamo en esta denuncia, por que sé que algunos de ellos me estará esperando para seguir con esta iniquidad, sentado en un confesonario o a lado de mi cama cuando esté moribundo y aunque desaparezca seguirán abusando con sufragios por mi alma y súplicas de misericordia.

Quiero que se sumen a mi voz todos aquéllos que han sido víctimas de estos atropellos y se han sentido ultrajados por estas personas, pues sé que a otros los han unido en matrimonio, a otros le descubrieron su vocación, a otros hasta llegaron a ayudarlos materialmente o guardaron con llave en su corazón para siempre secretos tremendos de sus miserias humanas.

Cuidémonos gravemente de tratar con ellos, no les demos nuestros datos, no los miremos a los ojos, no les consultemos absolutamente nada, no sigamos ninguno de sus pasos, pues corremos el riesgo un día de caer en sus trampas y salvarnos eternamente. (Rvdo. Padre Gustavo Caro)

A todos mis hermanos sacerdotes...





Hoy, muy temprano, cuando los tímidos rayos del sol comenzaban a hacer su imponente presencia en la mañana, comenzaban también a hacer su presencia los primeros mensajes de felicitación en el móvil. Un amigo sacerdote, me mandaba uno muy bonito y que comparto con todos vosotros:  "Nuestras acciones, tildadas de indiferente para tantos, son inmensas e importantes para la mirada del buen Dios" (Santo Cura de Ars).

Felicidades hermano sacerdote. Que el Santo Cura de Ars, nos conceda ese ardiente celo de almas y un verdadero deseo de santidad. ¡FELIZ DÍA A TODOS!.

Intercede por nosotros...





Hoy celebramos a San Juan Mª Vianney,  patrón de todos los sacerdotes. San Juan Mª Vianney, conocido como el santo cura de Ars, nació en Dardilly, al noroeste de Lyon, Francia, el 8 de mayo de 1786. Hijo de Matthieu Vianney y Marie Beluze, fue el tercero de seis hermanos, de una familia campesina.

En 1806, el cura de Ecully, M. Balley, abrió una escuela para aspirantes a eclesiásticos, y Juan María fue enviado a ella. Aunque era de inteligencia mediana y sus maestros nunca parecen haber dudado de su vocación, sus conocimientos eran extremadamente limitados, limitándose a un poco de aritmética, historia, y geografía, y encontró el aprendizaje, especialmente el estudio del latín, excesivamente difícil. Uno de sus compañeros, Matthias Loras, después primer obispo de Dubuque, le ayudaba en sus lecciones de latín. Como otros muchos seminaristas, hizo una peregrinación al santuario de San Juan Francisco Régis en Lalouvesc (1806). Ese mismo año es dispensado del servicio militar en su calidad de aspirante al sacerdocio.

Sin embargo, es llamado a filas en 1809, y el 26 de octubre, el joven recluta ingresa al cuartel de Lyon para ser enviado al ejército napoleónico que invadía España, vía Roanne.

El 6 de enero de 1810, Juan María deserta, y con la falsa identidad de Jerónimo Vincent, se oculta en los bosques del Forez, en los alrededores de Noes. Liberado del servicio militar y de su situación irregular por el enrolamineto anticipado de su hermano menor, el desertor regresa en octubre de 1810 a casa del párroco Balley. Recibe la tonsura el 28 de mayo siguiente.

Ingresa finalmente al Seminario Menor de Verriéres a los 26 años, para cursar filosofía en francés pues su «debilidad -en los estudios- es extrema». Allí fue compañero de curso de otro santo, San Marcelino Champagnat, fundador de los Hermanos Maristas.

El 13 de agosto de 1815 fue ordenado sacerdote por Monseñor Simon, obispo de Grenoble. Fue enviado a Ecully como ayudante de M. Balley, quien fue el primero en reconocer y animar su vocación, que había intercedido ante los examinadores cuando suspendió el ingreso en el seminario mayor, y que era su modelo tanto como su preceptor y protector.

En 1818, tras la muerte de M. Balley, Vianney fue hecho párroco de Ars, una aldea no muy lejos de Lyon. Fue en el ejercicio de las funciones de párroco en esta remota aldea francesa en las que se hizo conocido en toda Francia y el mundo cristiano. Algunos años después de llegar a Ars, fundó una especie de orfanato para jóvenes desamparadas. Se le llamó "La Providencia" y fue el modelo de instituciones similares establecidas más tarde por toda Francia. El propio Vianney instruía a las niñas de "La Providencia" en el catecismo, y estas enseñanzas llegaron a ser tan populares, que se daban todos los días en la iglesia ante grandes multitudes.

Vista de la localidad de Ars, con la Basílica en la que se venera el cuerpo de san Juan María."La Providencia", aunque tuvo éxito, fue cerrada en 1847, porque Juan María pensaba que no estaba justificado mantenerla frente a la oposición de mucha buena gente.

Pero la principal labor del Cura de Ars fue la dirección de almas. No llevaba mucho tiempo en Ars cuando la gente empezó a acudir a él de otras parroquias, luego de lugares distantes, más tarde de todas partes de Francia, y finalmente de otros países.

Ya en 1835, su obispo le prohibió asistir a los retiros anuales del clero diocesano porque "las almas le esperaban allí". Durante los últimos diez años de su vida, pasó de dieciséis a dieciocho horas diarias en el confesionario. Su consejo era buscado por obispos, sacerdotes, religiosos, jóvenes y mujeres con dudas sobre su vocación, pecadores, personas con toda clase de dificultades y enfermos. En 1855, el número de peregrinos había alcanzado los veinte mil al año. Las personas más distinguidas visitaban Ars con la finalidad de ver al cura y oír su enseñanza cotidiana.

Murió el 4 de agosto de 1859. Sus restos mortales se conservan incorruptos en el gran santuario dedicado a él en Ars, el pequeño lugar al que dedicó su vida como sacerdote y donde falleció.

El 3 de octubre de 1874 Juan Bautista María Vianney fue proclamado venerable por Pío IX y beatificado el 8 de enero de 1905. El papa Pío X lo propuso como modelo para el clero parroquial. En 1925, el papa Pío XI lo canonizó. Su fiesta se celebra el 4 de agosto.

El papa Juan XXIII escribe en 1959 la encíclica Sacerdotii nostri primordia, en la cual realza, en el centenario de la muerte del Santo, las virtudes primordiales de todo sacerdote: el sacerdocio, la oración, la eucaristía y el celo apostólico.

Cincuenta años más tarde, el papa Benedicto XVI proclamó un año completo conmemorando los 150 años de san Juan María: del 19 de junio de 2009 al 11 de junio de 2010. Nombrado patrono de todos los sacerdotes católicos, este año fue llamado el Año sacerdotal.

31 de julio de 2012

Memoria de San Ignacio de Loyola.



Hoy, que celebramos la memoria de San Ignacio de Loyola, comparto de nuevo, esta oración conocida como "Alma de Cristo", y que una antigua tradición atribuye a este santo español, fundador de la "Compañia de Jesús" o "Jesuitas". Se suele rezar después de haber recibido la Sagrada Comunión.

30 de julio de 2012

Sesión de cine con Padre Pío.



Durante la pasada semana, invité a varias personas de la parroquia y a varios amigos, a ver el domingo por la tarde, la magnífica película "Padre Pio ", del actor y director italiano, Sergio Castellitto. El objetivo, no era otro que dar a conocer la vida de este gran santo de nuestro tiempo, San Pio de Pietrelcina, tan desconocido por muchos, incluso dentro de la propia Iglesia. 

Sinceramente, pensaba reunir a unas 15 personas, no más, al ser domingo, ya sabemos, la playa, el campo, la salida con los amigos, la familia etc, pero se desbordaron todas las expectativas. Llegamos a reunirnos en el salón parroquial donde tuvimos la proyección, unas cincuenta y tantas personas; gente de todas las edades, personas mayores, familias al completo y una buena participación de jóvenes, en fin, una sorpresa para mi como para los que habíamos organizado el acto.

La sesión comenzó a las 5:45 de la tarde y transcurrio con una breve introducción por mi parte de la vida del Padre Pio, la proyección de la primera parte, descanso y merienda compartida, en donde por cierto, estaba todo muy rico, y a por la segunda parte hasta las 9:55 de la noche. 

En definitiva, una tarde agradable, en buena compañia, con alguna que otra lágrima por parte de los más sensibles, pero todos con la certeza que Padre Pio, fue un hombre extraordinario y un misterio, tanto para la Iglesia como para nuestro mundo, incluso, para él mismo. Ya lo decía Pablo VI: " El Padre Pio, es uno de esos hombres, que Dios manda de vez en cuando para remover las consciencias", y tanto que las removió ayer por la tarde, puesto que todos salieron convencidos, que ante los problemas y dificultades, lo siguiente:


"Reza, ten fe y no te preocupes"

(Padre Pío).

29 de julio de 2012

Cinco panes y dos peces.



El evangelio de este día nos presenta a un Jesús poderoso, a un Jesús capaz de hacer los milagros nunca antes imaginados. El milagro de la multiplicación de los panes es uno de los más recordados por todos nosotros, pues, en cierta manera nos gusta saber que Jesús puede realizar maravillas de donde no hay mucho. Pero es así, Dios es capaz de hacer esto y mucho más.

Es interesante observar la metodología que siguió Jesús en este milagro. Primero ve la situación, sabe que humanamente sería difícil salir al paso. Segundo, prueba a sus discípulos; les pide una solución humana. Andrés de forma un poco ingenua insinúa:- Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes y dos peces, pero ¿qué es esto para tanta gente?

Al ver que ellos no son capaces de solucionar el problema, entonces, actúa. –Haced que se recueste la gente... y el milagro se hizo realidad.

Muchas veces pensamos que nuestros problemas no tienen solución, que humanamente no hay una salida, o que somos un verdadero fracaso y que más nos valiera mejor no haber nacido, etc, etc...

Pensemos que Dios con su omnipotencia infinita nos puede ayudar. Basta que pongamos nuestros cinco panes y dos peces. Y estos cinco panes y dos peces pueden ser quizá mis muchas o pocas virtudes, mis logros, triunfos pero también mis caídas y fracasos. En definitiva basta que nos abramos completamente a Jesús y le demos todo lo que tengamos sea poco o mucho, de esto Él se encarga.

28 de julio de 2012

Quien en Ella confía, jamás queda defraudado.




San Juan Bosco necesitaba construir una Iglesia en honor a María Auxiliadora, pero no tenía nada de dinero. Se lanzó, pero las deudas también se lanzaron sobre él. Para conseguir dinero en un momento en que no podía retrasar más los pagos, un día le dijo a la Virgen:

¡Madre mía! Yo he hecho tantas veces lo que tú me has pedido… ¿Consentirás en hacer hoy lo que yo te voy a pedir?.

Con la sensación de que la Virgen se ha puesto en sus manos, don Bosco penetra en el palacio de un enfermo que tenía bastante dinero pero que también era bastante tacaño. Este enfermo, que hace tres años vive crucificado por los dolores y no podía siquiera moverse de la cama, al ver a don Bosco le dijo:

Si yo pudiera sentirme aliviado, haría algo por usted.

Muchas gracias; su deseo llega en el momento oportuno; necesito precisamente ahora tres mil liras.

Está bien; obténgame siquiera un alivio, y a fin de año se las daré.

Es que yo las necesito ahora mismo. El enfermo cambia con mucho dolor de postura, y mirando fijamente a don Bosco, le dice:

¿Ahora? Tendría que salir, ir yo mismo al Banco Nacional, negociar unas cédulas ¡ya ve!, es imposible.

No, señor, es muy posible replica don Bosco mirando su reloj. Son las dos de la tarde… Levántese, vístase y vamos allá dando gracias a María Auxiliadora.

¡Este hombre está chiflado! Protesta el viejo entre las cobijas. Hace tres años que no me muevo en la cama sin dar gritos de dolor, ¿y usted dice que me levante? ¡Imposible!.

Imposible para usted, pero no para Dios… ¡Ánimo! Haga la prueba.

Al rumor de las voces han acudido varios parientes, la habitación está llena. Todos piensan de don Bosco lo mismo que el enfermo: que está chiflado.

Traigan la ropa del señor, que va a vestirse dice don Bosco, y hagan preparar el coche, porque va a salir. Entretanto, nosotros recemos. Llega el médico.

¿Qué imprudencia está por cometer señor mío?

Pero ya el enfermo no escuchaba más que a don Bosco; se arroja de la cama y empieza a vestirse solo, y solo, ante los ojos maravillados de sus parientes, sale de la habitación y baja las escaleras y sube al coche. Detrás de él, don Bosco.

¡Cochero, al Banco Nacional! Ya la gente no se acuerda de él: llevaba tres años sin salir a la calle. Vende sus cédulas y entrega a don Bosco sus tres mil liras.

25 de julio de 2012

Santo Apóstol peregrino.


Oración

Dios todopoderoso y eterno, que consagraste los primeros trabajos de los apóstoles con la sangre de Santiago, haz que, por su martirio, sea fortalecida tu Iglesia y, por su patrocinio, España se mantenga fiel a Cristo hasta el final de los tiempos. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

22 de julio de 2012

Simplemente...




... y a todos aquellos que han compartido hoy, la celebración de mi 35º cumpleaños, fueron tantos.... como este ramo de rosas. Simplemente, gracias de todo corazón, aunque otro año más no me pude escapar de la cocina, jeje. Aún así, gracias a todos y por todo.

Acción y contemplación.




Celebramos el XVI Domingo del Tiempo Ordinario, y en el pasaje del Evangelio de este fin de semana, Jesús invita a sus discípulos a separarse de la multitud, de su trabajo, y retirarse con Él a un «lugar solitario». Les enseña a hacer lo que Él hacía: equilibrar acción y contemplación, pasar del contacto con la gente al diálogo secreto y regenerador con uno mismo y con Dios.

El tema es de gran importancia y actualidad. El ritmo de vida ha adquirido una velocidad que supera nuestra capacidad de adaptación. La escena de Charlot enfrascado en la cadena de montaje en Tiempos modernos es la imagen exacta de esta situación. Se pierde, de esta forma, la capacidad de separación crítica que permite ejercer un dominio sobre el fluir, a menudo caótico y desordenado, de las circunstancias y de las experiencias diarias.

Jesús, en el Evangelio, jamás da la impresión de estar agitado por la prisa. A veces hasta pierde el tiempo: todos le buscan y Él no se deja encontrar, absorto como está en oración. A veces, como en nuestro pasaje evangélico, incluso invita a sus discípulos a perder tiempo con Él: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco». Recomienda a menudo no afanarse. También nuestro físico, cuánto beneficio recibe de tales «respiros».

Entre estas «pausas» están precisamente las vacaciones de verano que estamos viviendo. Son para la mayoría de las personas la única ocasión para descansar un poco, para dialogar de manera distendida con el propio cónyuge, jugar con los hijos, leer algún buen libro o contemplar en silencio la naturaleza; en resumen, para relajarse. Hacer de las vacaciones un tiempo más frenético que el resto del año significa arruinarlas.

Al mandamiento: «Acordaos de santificar las fiestas», habría que añadir: «Acordaos de santificar las vacaciones». «Deteneos (literalmente: vacate, ¡tomaos vacaciones!), sabed que yo soy Dios», dice Dios en un salmo (Sal 46). Un sencillo medio de hacerlo podría ser entrar en la iglesia o en una capilla de montaña, en una hora en que esté desierta, y pasar allí un poco de tiempo «aparte», solos con nosotros mismos, ante Dios.

Esta exigencia de tiempos de soledad y de escucha se plantea de forma especial a los que anuncian el Evangelio y a los animadores de la comunidad cristiana, quienes deben permanecer constantemente en contacto con la fuente de la Palabra que deben transmitir a sus hermanos. Los laicos deberían alegrarse, no sentirse descuidados, cada vez que el propio sacerdote se ausenta para un tiempo de recarga intelectual y espiritual.

Hay que decir que la vacación de Jesús con los apóstoles fue de breve duración, porque la gente, viéndole partir, le precedió a pie al lugar del desembarco. Pero Jesús no se irrita con la gente que no le da tregua, sino que «se conmueve», viéndoles abandonados a sí mismos, «como ovejas sin pastor», y se pone a «enseñarles muchas cosas».

Esto nos muestra que hay que estar dispuestos a interrumpir hasta el merecido descanso frente a una situación de grave necesidad del prójimo. No se puede, por ejemplo, abandonar a su suerte, o aparcar en un hospital, a un anciano que se tiene al propio cargo, para disfrutar sin molestias de las vacaciones. No podemos olvidar a las muchas personas cuya soledad no han elegido, sino que la sufren, y no por alguna semana o mes, sino por años, tal vez durante toda la vida. También aquí cabe una pequeña sugerencia práctica: mirar alrededor y ver si hay alguien a quien ayudar a sentirse menos solo en la vida, con una visita, una llamada, una invitación a verle un día en el lugar de vacaciones: aquello que el corazón y las circunstancias sugieran.

Fiel discípula del Señor.





Celebramos hoy 22 de julio, la memoria de santa María Magdalena, que, liberada por el Señor de siete demonios y convertida en su discípula, le siguió hasta el monte Calvario y mereció ser la primera que vio al Señor resucitado en la mañana de Pascua y la encargada de comunicárselo a los demás discípulos .


Oración

Dios nuestro, que quisiste que santa María Magdalena fuese la primera en recibir de tu Hijo unigénito la misión de anunciar el gozo pascual, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo su ejemplo, demos a conocer a Cristo resucitado y merezcamos contemplarlo luego reinando en tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

Santa María Magdalena. Ruega por nosotros.

17 de julio de 2012

LA FE Y LA RAZÓN...



Corría el año 1982. Un señor de unos 70 años viajaba en el tren, teniendo a su lado a un joven universitario que leía su libro de Ciencias. El caballero, a su vez, leía un libro de portada negra. Fue cuando el joven percibió que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio de Marcos.

Sin mucha ceremonia, el muchacho interrumpió la lectura del anciano y le preguntó:

- Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y cuentos?

- Sí, mas no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy equivocado?

- Pero claro que lo está. Creo que usted señor debería estudiar Historia Universal. Vería que la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años, mostró la miopía de la religión.

-Solamente personas sin cultura todavía creen que Dios hizo el mundo en seis días. Usted señor debería conocer un poco más lo que nuestros científicos dicen de todo eso.

- Y... ¿es eso mismo lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia?

- Bien, como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle, pero déjeme su tarjeta con su dirección para mandarle material científico por correo con la máxima urgencia.

El anciano entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el bolsillo derecho de su bolso y le dio su tarjeta al muchacho. Cuando éste leyó lo que allí decía, salió cabizbajo, sintiéndose peor que una ameba. En la tarjeta decía: "Profesor Doctor Louis Pasteur, Director General del Instituto de Investigaciones Científicas Universidad Nacional de Francia."

16 de julio de 2012

Piadosa Madre del Carmelo.



Piadosa Madre del Carmelo,
Protectora de todos los que sufren
y de quienes se purifican en el Purgatorio
 para participar en el gozo celestial,
escucha nuestras oraciones.

Te encomendamos a nuestros hermanos difuntos.

Intercede ante tu Hijo Jesucristo
piadosa Madre del Carmelo,
para que seas con Él juez misericordioso
y les perdones todas las culpas
que en su fragilidad cometieron.

Vela por quienes seguimos en este mundo
y concédenos la gracia de amarte
y honrarte para siempre
para que Tú nos guíes a tu Hijo
y con Él participemos de la gloria eterna.

Concédeles Señor el descanso eterno
y brillen para ellas la luz eterna.
Que por la misericordia de Dios
descansen en paz.
Amén.


30 de junio de 2012

Venerable Álvaro del Portillo.




Benedicto XVI ha firmado el decreto que reconoce las "virtudes heroicas" de Álvaro del Portillo, principal colaborador del fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá, y su primer sucesor.

26 de junio de 2012

Un mensaje viejo y nuevo...



Alzamos con brío, San Josemaría, nuestro canto de alabanza al Dios Uno y Trino, pues nos das a tus hijos un mensaje viejo y nuevo: Que, tanto los casados como los célibes, los ancianos como los jóvenes, conviertan cada día su trabajo ordinaro, en motivo de santificación. Tú nos dijiste; "Que busques a Cristo, que encuentres a Cristo, que ames a Cristo". Así, buscando siempre a Cristo, encontrado y amado sobre todo, alcancemos algún dia la corona eterna, que es el premio de la vida.

En diálogo con San Josemaría.

26 de Junio: San Josemaría Escrivá.




ORACIÓN A SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ


Oh Dios, que por mediación de la Santísima Virgen otorgaste a San Josemaría, sacerdote, gracias innumerables, escogiéndole como instrumento fidelísimo para fundar el Opus Dei, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, y de servir con alegría y con sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a las almas, iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor.

Concédeme por la intercesión de San Josemaría el favor que te pido... (pídase). Así sea.

24 de junio de 2012

Natividad de San Juan Bautista.



 "Dios todopoderoso, concede a tu familia

progresar en el camino de la salvación,

para que, siguiendo la voz de san Juan el Precursor,

pueda llegar con seguridad

al Salvador anunciado, Jesucristo nuestro Señor.

Que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo

y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén".


17 de junio de 2012

El Padre Pío; un santo que no deja a nadie indiferente...




Ayer, 16 de junio, se cumplieron 10 años de la canonización de Padre Pio de Pietrelcina, (Roma, 16  de junio de 2002), por el ahora beato y entonces Papa Juan Pablo II, en la que ha sido la canonización más multitudinaria de la historia de la Iglesia, y es que Padre Pio, entonces y ahora, no deja a nadie indiferente...

Con este motivo, he querido añadir unas declaraciones del que es hasta ahora, el mayor especialista español en todo lo referente al Padre Pío, quizás el santo más milagroso del siglo XX. Estamos hablando de Fray Elías Cabodevilla, navarro de nacimiento y sacerdote capuchino. El padre Elías ha estado en Madrid unos días predicando sobre este santo. Cuando Cabodevilla estudiaba en Pamplona para ser sacerdote en los años 60, él y sus compañeros capuchinos sólo oían rumores acerca de un monje rebelde en Italia, quizá loco, quizá estafador, que al parecer se provocaba heridas en las manos y al que muchos le atribuían intercesiones milagrosas. Pero cuando murió el Padre Pío en septiembre de 1968 y las multitudes peregrinaron a su tumba en San Giovanni Rotondo, él, como muchos otros, se preguntó por su figura. Hoy, el padre Elías vive allí casi todo el año y ha hablado con infinidad de personas que conocieron al santo y quedaron transformadas por él. «A sus milagros les acompaña siempre un cambio de vida de la persona», afirma Cabodevilla. «Los devotos del Padre Pío necesitan hablar de él, no he visto un fenómeno con esa intensidad en otros santos. Además, lo consideran como un padre, como uno más de la familia. Incluso Juan Pablo II, durante la homilía de su canonización, lo llamó “amado Padre Pío”», señala este capuchino.

La relación del Papa polaco con el monje italiano queda reflejada en varias cartas que se conservan. Ya había tratado con él en 1947, cuando Wojtyla era un cura recién ordenado, y ya entonces vio sus estigmas, las heridas en pies, manos y el costado. «En 1962, Karol Wojtyla, ya arzobispo de Cracovia, le escribió: “Venerable Padre, te ruego que eleves a Dios una oración por una madre de cuatro hijas, que tiene 40 años y vive en Cracovia, en Polonia. Durante la última guerra pasó cinco años en un campo de concentración de Alemania. Está en gravísimo peligro de perder la vida a causa de un cáncer». Los médicos le daban un año de vida, pero la mujer se curó milagrosamente y aún vive. Se trata de Wanda Poltawska, famosa amiga del Papa, cuya correspondencia con él se ha publicado recientemente en España. Recientemente, durante el proceso de beatificación de Juan Pablo II, apareció una carta suya de 1963 en la que pide al monje rezar por otros conocidos: la hija de un abogado de Polonia, una señora de Cracovia, «y por mí, por unas dificultades pastorales».

Cabodevilla afirma que el Padre Pío era «jocoso, pronto a la broma», pero con un temperamento fuerte. Era muy exigente como confesor, y a los que acudían a él por morbo les descubría y trataba «con dureza pero con misericordia», explica Cabodevilla.

Con todo, la Iglesia declara oficialmente la santidad del Padre Pío, pero no la realidad de sus estigmas, aunque tanto Juan Pablo II como Pablo VI los mencionan. El padre Elías lleva consigo un mitón del santo, uno de los guantes sin dedos que usaba para ocultar las heridas de sus manos y que tiene certificado vaticano. «El Padre Pío enseñó a amar a Dios, al prójimo y a los necesitados», concluye Cabodevilla.

«Daré más guerra muerto que vivo»

Hablar del Padre Pío es hablar de uno de los santos que más milagros realiza en nuestro tiempo. Para recoger estas impactantes historias de fe y conversión hace unos meses se publicó el  libro «Padre Pío», escrito por José María Zavala. Uno de los testimonios que aparecen en la quinta edición de este libro es el de Charo Andrés. Una mujer que tras las lectura de la obra de Zavala quedó maravillada por la vida del santo capuchino y decidió volver a la Iglesia después de 35 años, hasta hoy no deja de rezar su novena. «Daré más guerra muerto que vivo», profetizó San Pío de Pietrelcina poco antes de morir, algo que demuestran estos milagros que se producen cada día alrededor de su figura.

16 de junio de 2012

Dulce Corazón de María.





María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría.

La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad...

La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre.

Por ello, nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María. Esto se hace evidente en la liturgia, al celebrar ambas fiestas de manera consecutiva, viernes y sábado respectivamente, en la semana siguiente al domingo del Corpus Christi.

Santa María, Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en su amor maternal, a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús.

Venerar su Inmaculado Corazón significa, pues, no sólo reverenciar el corazón físico sino también su persona como fuente y fundamento de todas sus virtudes. Veneramos expresamente su Corazón como símbolo de su amor a Dios y a los demás.

El Corazón de Nuestra Madre nos muestra claramente la respuesta a los impulsos de sus dinamismos fundamentales, percibidos, por su profunda pureza, en el auténtico sentido. Al escoger los caminos concretos entre la variedad de las posibilidades, que como a toda persona se le ofrece, María, preservada de toda mancha por la gracia, responde ejemplar y rectamente a la dirección de tales dinamismos, precisamente según la orientación en ellos impresa por el Plan de Dios.

Ella, quien atesoraba y meditaba todos los signos de Dios en su Corazón, nos llama a esforzarnos por conocer nuestro propio corazón, es decir la realidad profunda de nuestro ser, aquel misterioso núcleo donde encontramos la huella divina que exige el encuentro pleno con Dios Amor.
                                       

11 de junio de 2012

Padre Pío en la intimidad...



Dedicado a todos los hijos espirituales del Padre Pío de Pietrelcina y a todos aquellos que me acompañarán  a esta tercera peregrinación a Pietrelcina, San Giovanni Rotondo y Roma.

Padre Pio, prega per noi...

10 de junio de 2012

Yo le miro y Él me mira...



Un artículo del P. Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, tomado de su libro “La Eucaristía, Nuestra Santificación”, me ha recordado el ejemplo que ponía San Josemaría Escrivá sobre un pobre lechero que todos los días iba a saludar al Señor en una capilla. No sabía teología, ni muchas oraciones. Se limitaba a decir “Señor, aquí está Juan el lechero”, y después de un rato se marchaba. El miraba al Señor, y el Señor lo miraba a él. Para alguno esto le puede sonar a superficialidad e infantilismo, pero es auténtica fe, la que tienen precisamente los niños con corazón limpio.

"En sí misma la contemplación no es otra cosa que la capacidad, o mejor aún, el don de saber establecer un contacto de corazón a corazón con Jesús realmente presente en la hostia. Todo esto en el mayor silencio posible, tanto exterior como interior. El silencio es el esposo predilecto de la contemplación que la custodia, como José custodiaba a María. Contemplar es establecerse intuitivamente en la realidad divina y gozar de su presencia. En la meditación prevalece la búsqueda de la verdad, en la contemplación, en cambio, el goce de la verdad encontrada.

Los grandes maestros de espíritu han definido a la contemplación como «una mirada libre, penetrante e inmóvil» (Hugo de San Víctor), o bien como «una mirada afectiva sobre Dios» (San Buenventura). Por eso realizaba una óptima contemplación aquel campesino de la parroquia de Ars que pasaba horas y horas inmóvil, en la iglesia, con su mirada fija en el sagrario y cuando el santo cura le preguntó por qué estaba así todo el día, respondió: «Nada, yo lo miro a él y él me mira a mí». Esto nos dice que la contemplación cristiana nunca tiene un único sentido, ni tampoco está dirigida a la nada (como sucede en otras religiones, como el budismo). Son siempre dos miradas que se encuentran: nuestra mirada sobre la de Dios y la mirada de Dios sobre nosotros. Si a veces se baja nuestra mirada o desaparece, nunca ocurre lo mismo con la mirada de Dios. La adoración eucarística es reducida, en alguna ocasión, a hacerle compañía a Jesús simplemente, a estar bajo su mirada, dándole la alegría de contemplarnos a nosotros que, a pesar de ser criaturas insignificantes y pecadoras, somos sin embargo el fruto de su pasión, aquellos por los que dio su vida: ¡Él me mira!

La contemplación no es impedida de por sí por la aridez que a veces se pude experimentar, ya sea debido a nuestra disipación o sea en cambio permitida por Dios para nuestra purificación. Basta darle un sentido, renunciando también a nuestra satisfacción para hacerle feliz a él y decir con las palabras de Charles de Foucauld: «Tu felicidad me basta». Jesús tiene la eternidad para hacernos felices a nosotros, nosotros no tenemos más que este breve espacio de tiempo para hacerle feliz.

A veces nuestra adoración puede parecer una pérdida de tiempo, pura y simplemente una mirada sin ver; pero en cambio ¡cuánto testimonio encierra! Jesús sabe que podríamos marcharnos y hacer cientos de cosas más gratificantes, mientras estamos ahí quemando nuestro tiempo, perdiéndolo «miserablemente». Cuando no conseguimos orar con el alma siempre podemos orar con nuestro cuerpo, y eso es orar con nuestro cuerpo.
En el libro del Éxodo leemos que cuando Moisés bajó del Monte Sinaí no sabía que la piel de su rostro se había vuelto radiante, por haber hablado con Dios. Moisés no sabía y nosotros tampoco lo sabremos; pero quizá nos suceda también a nosotros que, volviendo entre los hermanos después de estos momentos, alguien vea que nuestro rostro se ha hecho radiante, porque hemos contemplado al Señor. Y este será el más hermoso don que nosotros podamos ofrecerles.

Alabado sea el Santísimo, Sacramento del Altar...

6 de junio de 2012

San Norberto; Predicador incansable del Evangelio.



Celebramos hoy a San Norberto, obispo, (1080 - 1134), hombre de austeras costumbres y totalmente dedicado a la unión con Dios y a la predicación del Evangelio, que instituyó, cerca de Laon, en Francia, la Orden Premonstratense de Canónigos Regulares, y luego, designado obispo de Magdeburgo, en Sajonia, se mostró pastor eximio en la renovación de la vida cristiana y en la difusión de la fe entre las poblaciones vecinas. Fue elevado a la gloria de los altares en 1582, por el Papa Gregorio XIII.


Oración

Señor, tú hiciste del obispo san Norberto un pastor admirable de tu Iglesia por su espíritu de oración y su celo apostólico; te rogamos que, por su intercesión, tu pueblo encuentre siempre pastores ejemplares que lo conduzcan a la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

5 de junio de 2012

San Bonifacio, obispo y mártir.


Bonifacio nació hacia el año 680, en el territorio de Wessex (Inglaterra). Su verdadero nombre era Winfrido. Ordenado sacerdote, en el año 716 con dos compañeros se encaminó a Turingia; pero aún no era la hora de su apostolado. Regresó a su monasterio y en el año 718 viajó a Roma para solicitar del papa Gregorio II autorización de misionar en el continente. El Sumo Pontífice lo escuchó complacido y, en el momento de otorgarle la bendición, le dijo: "Soldado de Cristo, te llamarás Bonifacio". Este nombre significa "bienhechor".

En 719 se dirigió a Frislandia. Allí estuvo tres años; luego se marchó a Hesse, convirtiendo a gran número de bárbaros. En Amoneburg, a orillas del río Olm, fundó el primer monasterio. Regresó a Roma, donde el papa lo ordenó obispo.

Poco después, en el territorio de Hesse, fundaba el convento de Fritzlar. En el año 725 volvió a dirigirse a Turingia y, continuando su obra misionera, fundó el monasterio de Ordruf. Presidió un concilio donde se encontraba Carlomán, hijo de Carlos Martel y tío de Carlomagno, quien lo apoyó en su empresa. En el año 737, otra vez en Roma, el papa lo elevó a la dignidad de arzobispo de Maguncia. Prosiguió su misión evangelizadora y se unieron a él gran cantidad de colaboradores. También llegaron desde Inglaterra mujeres para contribuir a la conversión del país alemán, emparentado racialmente con el suyo. Entre éstas se destacaron santa Tecla, santa Walburga y una prima de Bonifacio, santa Lioba. Este es el origen de los conventos de mujeres. Prosiguió fundando monasterios y celebrando sínodos, tanto en Alemania como en Francia, a consecuencia de lo cual ambas quedaron íntimamente unidas a Roma.

El anciano predicador había llegado a los ochenta años. Deseaba regresar a Frisia (la actual Holanda). Tenía noticias de que los convertidos habían apostatado. Cincuenta y dos compañeros fueron con él. Atravesaron muchos canales, hasta penetrar en el corazón del territorio. Al desembarcar cerca de Dochum, miles de habitantes de Frisia fueron bautizados. El día de pentecostés debían recibir el sacramento de la confirmación.

Bonifacio se encontraba leyendo, cuando escuchó el rumor de gente que se acercaba. Salió de su tienda creyendo que serían los recién convertidos, pero lo que vio fue una turba armada con evidente determinación de matarlo. Los misioneros fueron atacados con lanzas y espadas. "Dios salvará nuestras almas", grito Bonifacio. Uno de los malhechores se arrojó sobre el anciano arzobispo, quien levantó maquinalmente el libro del evangelio que llevaba en la mano, para protegerse. La espada partió el libro y la cabeza del misionero. Era el 5 de junio del año 754.

El sepulcro de san Bonifacio se halla en Fulda, en el monasterio que él fundó. Se lo representa con un hacha y una encina derribada a sus pies, en recuerdo del árbol que los gentiles adoraban como sagrado y que Bonifacio abatió en Hesse. Es el apóstol de Alemania y el patriarca de los católicos de ese país.

Pide, busca, llama...

"Adeus".




"Procesión del Adeus" (Procesión del adiós) a la Santísima Virgen de Fátima, que tiene lugar cada 13 de Mayo, desde el frontis de la Basílica, donde se celebra la Santa Misa Solemne, hasta la Capelinha, lugar donde se apareció a los tres pastorcitos aquel 13 de mayo de 1917, hace ya 95 años.

Dedicado con afecto a mis amigos G. y M., que aunque no estuvieron físicamente conmigo en Fátima en esta última peregrinación, si que estuvieron en mi oración y en mi recuerdo. Gracias al Señor y a la Virgen Madre. Gracias por habernos encontrado en el camino ...

3 de junio de 2012

La vida es poca cosa,... sin Ti.

Los cristianos celebramos...




El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice: "La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama con razón "día del Señor" o domingo. El día de la Resurrección de Cristo es a la vez el "primer día de la semana", memorial del primer día de la creación, y el "octavo día" en que Cristo, tras su "reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor", el "día que no conoce ocaso". El "banquete del Señor" es su centro, porque es aquí donde toda la comunidad de los fieles encuentra al Señor resucitado que los invita a su banquete... Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del Señor ("Hé kyriaké hémera", "dies dominica"), el "domingo"" (CIC, 1166.2174). Es mediante la Resurrección del Señor que el domingo es establecido como el día privilegiado, como el día de la Reconciliación.

A pesar de esto hay quienes critican fuertemente a la Iglesia católica por haber cambiado el precepto bíblico del descanso sabático, sustituyendo así la enseñanza divina con preceptos humanos, tomándose la libertad de convertir el domingo como el Día de los días, el Día principal. ¿Es esto verdad?

Para responder a esta crítica repasemos rápidamente los inicios de la historia de manera que entendamos el significado del día sábado: "Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo y descansó el día séptimo de toda su obra que había hecho y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios toda la obra creadora..." (Gén 2, 2-3). Este día, el último día de la creación, donde Dios había terminado su obra creadora fue declarado día Santo y día de descanso en el Monte Sinaí; el día para recordar la alianza de Dios con su pueblo. "Recuerda el día del sábado (sabbath = descanso) para santificarlo. Seis días trabajarás, pero el día séptimo es día de descanso para Yahvé, tu Dios. No harás ningún trabajo..." (Ex 20, 8, 10). Los elementos que podemos extraer del relato de la Creación de la Sagrada Escritura son los siguientes:

a. Último día de la creación.

El día del descanso es "bendecido" y "santificado" por Dios, o sea, separado de otros días para ser, entre todos el "día del Señor". Es un día para ocuparnos de las cosas santas y no de las profanas, trabajar sería "profanar" el día santo.

b. Día de liberación.

El sábado se establece como ley de liberación en el Monte Sinaí (ver Dt 5,15). Yahvéh quiere que los judíos festejen el día de su liberación y del poder de Dios.

c. Día santo y santificado por Dios.

El día del descanso es "bendecido" y "santificado" por Dios, o sea, separado de otros días para ser, entre todos, el "día del Señor". Es un día para ocuparnos de las cosas santas y no de las profanas, trabajar -para el judío- sería "profanar" el día santo

d. Día consagrado a Yahvé.

El Señor del sábado es Yahvé, los judíos lo llamaban el día de Yahvé, el día consagrado a Yahvé (ver Ex 16, 23- 25).

Después de haber visto todo esto alguien podría preguntar ¿Es qué hay una oposición entre lo dicho en el Antiguo Testamento y el anuncio del Señor Jesús? No hay ninguna oposición, todos los elementos que hemos repasado encuentran su plenitud con la venida del Señor Jesús; análogamente -siendo conscientes de la limitación de la analogía- es como si primero tuvieras un televisor a blanco y negro en el que ves la imagen tal como es pero luego tienes un televisor a colores en el que ves la misma imagen pero de manera más nítida y más clara. El Papa Juan Pablo II menciona en la carta apostólica Dies Domini: "El domingo, pues, más que una "sustitución" del sábado, es su realización perfecta, y en cierto modo su expansión y su expresión más plena, en el camino de la historia de la salvación, que tiene su culmen en Cristo... Lo que Dios obró en la creación y lo que hizo por su pueblo en el Éxodo encontró en la muerte y resurrección de Cristo su cumplimiento... Es en Cristo que se realiza plenamente el sentido espiritual del sábado, como subraya San Gregorio Magno: "Nosotros consideramos como verdadero sábado la persona de nuestro Redentor, Nuestro Señor Jesucristo"" (Dies Domini, 18). Entre los elementos más importantes sobre este punto están:

a. Jesucristo es el Señor del sábado.

Los judíos se enfadaban con Jesús porque trabajaba el sábado sanando a las personas. (ver Mc 3, 1). Jesús se defiende afirmando que Él es "el Señor del sábado". (ver Mc 2, 23-28). Con su ejemplo, el Señor nos enseña que el sábado debemos trabajar haciendo el bien a los demás, porque la caridad no tiene tiempo, está por encima de los demás mandamientos.

b. El domingo es el día de la fe, para confesar que "Jesús es el Señor".

Jesucristo al declararse Señor del sábado, se adjudica además un título divino, por eso los fariseos querían matarlo. El domingo es el día en que los cristianos confesamos la divinidad y el señorío de Cristo; en ese día Tomás confesó su divinidad y señorío: "Señor mío y Dios mío" (ver Jn 20,26-28). Al cambiar el día de culto, confesamos a Jesús como Dios y Señor del tiempo y de la historia.

c. Dios sigue trabajando.

El Antiguo Testamento dice que Yahvé descansó de toda obra creadora, el Nuevo Testamento nos revela que Dios sigue trabajando (ver Jn 5,17). Si sigue trabajando, quiere decir que la obra de Dios no se acabó el sábado. El pecado de Adán introdujo desorden en el mundo y era necesario un día más de trabajo y un nuevo día de descanso.

d. Un nuevo día.

Con Cristo se inaugura un tiempo nuevo y definitivo. Él es el Alfa y el Omega, y como el domingo es el día primero de la semana y el último de la creación. La Sagrada Escritura lo llama y la Iglesia lo proclama: El día del Señor (ver Ap 1, 8.10).

e. Nueva Creación.

Ya con el profeta Isaías se predice una nueva creación (ver Is 65,17). ¿Y cuál es la Nueva Creación? La nueva creación es la iniciada con la resurrección de Cristo porque él es el primer nacido de entre los muertos, él es el principio de esa nueva creación (ver Col 1,18).

Por último nos debe quedar muy claro que el domingo es "el día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día. Por eso es llamado día del Señor: porque es en este día cuando el Señor subió victorioso junto al Padre. Si los paganos lo llaman día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la salvación" (CIC, 1166).

Del Dios Uno y Trino.



Celebramos con toda la Iglesia, el Domingo de la Santísima Trinidad. La Santísima Trinidad, es el más grande de los misterios de nuestra fe. Y por eso es imposible de ser comprendido por nosotros, pues nuestro limitado intelecto humano, es ¡tan pobre para explicar las cosas de Dios!

El Misterio de la Santísima Trinidad es una verdad que están muy ... muy por encima de nuestras capacidades intelectuales, pues entre nuestra inteligencia y la Sabiduría de Dios existe una distancia ¡infinita!

Se cuenta que mientras San Agustín se encontraba preparándose para dar una enseñanza sobre el misterio de la Santísima Trinidad, le pareció estar caminando en la playa frente a un mar inmenso. Vio de repente a un niño que se distraía recogiendo agua del mar con una concha de caracol y tratando de vaciarla en un hoyito que había hecho en la arena. Al preguntarle San Agustín qué estaba haciendo, el niño le respondió que estaba tratando de vaciar el mar en el hoyito. San Agustín, por supuesto, se dio cuenta de que era imposible que el niño lograra esa absurda pretensión. Entonces le dijo al niño: “Pero, ¡estás tratando de hacer una cosa imposible!” Y el Niño le replicó: “Esto no es más imposible de lo que es para tí meter el misterio de la Santísima Trinidad en tu cabeza”. Y con estas palabras el “Niño” desapareció.

Así es nuestro intelecto: tan limitado como es el hoyito para contener el agua del mar, sobre todo cuando trata de explicarse verdades infinitas como este misterio.

Sin embargo, lo importante de este misterio central de nuestra fe no es explicarlo, sino vivirlo. Y aquí en la tierra somos llamados a participar de la vida de Dios Trinitario.

Nuestro fin último es la unión para siempre con Dios en el Cielo. Pero desde aquí en la tierra podemos comenzar a estar unidos a la Santísima Trinidad y a ser habitados por las Tres Divinas Personas. Recordemos lo que Jesucristo nos ha dicho: “Si alguno me ama guardará mi Palabra y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” (Jn.14, 23).

La Santísima Trinidad es uno de los misterios escondidos de Dios, que no puede ser conocido a menos de que Dios nos lo dé a conocer. Y Dios nos lo ha dado a conocer revelándose como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo: Tres Personas distintas, pero un mismo Dios. Aunque las Tres Divinas Personas son inseparables en su ser y en su obrar, al Padre se le atribuye la Creación, al Hijo la Redención y al Espíritu Santo la Santificación.

Recordemos, que lo importante de este misterio central de nuestra fe no es explicarlo, sino vivirlo. Y vivirlo, es vivir en la Santísima Trinidad. ¿Cómo?. Nos lo explica la Segunda Lectura de este domingo: “Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios ... y podemos llamar Padre a Dios. Y si somos hijos de Dios también somos herederos de Dios y coherederos con Cristo” (Rm. 8, 14-17).

La clave está en dejarnos guiar por el Espíritu Santo; es decir, en ser perceptivos, dóciles y obedientes a sus inspiraciones, que siempre nos llevan a buscar y cumplir la Voluntad de Dios. El nos irá haciendo semejantes al Hijo. El Hijo nos dará a conocer al Padre y así seremos herederos con El, y seremos “glorificados junto con Él. ”. (Rom 8, 17)

Que al meditar la profundidad del Misterio de la Santísima Trinidad, podamos vivir lo que nos dice San Pablo al final de la segunda Carta a los Corintios, que es esa frase trinitaria importantísima que se repite al comienzo de cada Misa: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con todos nosotros” (2 Cor. 13, 14).