28 de abril de 2014
27 de abril de 2014
Oración a San Juan Pablo II.
"¡Oh San Juan Pablo,
desde la ventana del Cielo
dónanos tu bendición!
Bendice a la Iglesia,
que tú has amado, servido y guidado,
animándola a caminar con coraje
por los senderos del mundo
para llevar a Jesús a todos
y a todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes,
que han sido tu gran pasión.
Concédeles volver a soñar,
volver a mirar hacia lo alto
para encontrar la luz,
que ilumina los caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias,
¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de satanás
contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo,
que Dios encendió sobre la tierra.
San Juan Pablo, con tu oración
protege las familias
y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero,
todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias.
Tú te opusiste a la guerra
invocando el diálogo y sembrando el amor:
ruega por nosotros,
para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo,
desde la ventana del Cielo,
donde te vemos junto a María,
haz descender sobre todos nosotros
la bendición de Dios. Amén. "
Oración a San Juan XXIII.
“Dios Padre amado,
que nos diste como Santo Padre
a San Juan XXIII, llamado por todos
el Papa de la paz y el Papa bueno.
Te pedimos padre por su intercesión
ser portadores en esta tierra
del don maravilloso de tu paz
y ser por tanto hombres y mujeres
de diálogo, comprensión y tolerancia.
Ayúdanos Señor
a ver a todos los que nos rodean
como hermanos e hijos de un mismo Dios
y a buscar en todo momento el entendimiento
sin desvirtuar tu luz y tu verdad.
Queremos, como San Juan XXIII,
que nos reconozca el mundo entero porque,
como discípulos tuyos,
nos amamos unos a los otros.
Gracias por este ejemplo de virtudes.
Y unidos a todos los santos del cielo
y en especial a este Papa bueno
te suplico Padre Santo
esta gracia particular que necesito.
Gracias te doy de antemano, Señor,
porque al ruego de tan grande intercesor
estoy seguro de que me será concedida.
Amén”.
26 de abril de 2014
16 de abril de 2014
13 de abril de 2014
Al paso del Redentor...
El pueblo que fue cautivo
y que tu mano libera
no encuentra mayor palmera
ni abunda en mejor olivo.
Viene con aire festivo
para enramar tu victoria,
y no te ha visto en su historia,
Dios de Israel, más cercano:
ni tu poder más a mano
ni más humilde tu gloria.
¡Gloria, alabanza y honor!
Gritad: «¡Hosanna!», y haceos
como los niños hebreos
al paso del Redentor.
¡Gloria y honor al que viene
en el nombre del Señor! Amén.
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