"Con la oración y el sacrificio se prepara la acción".
31 de enero de 2012
29 de enero de 2012
28 de enero de 2012
Ofrecimiento del día.
27 de enero de 2012
Antes que cultos... santos.
El Papa Benedicto XVI aseguró que la Iglesia necesita más que nunca de sacerdotes que con su vida den un testimonio creíble de santidad y explicó que para ello urge que los seminaristas reciban una profunda formación en los temas de fe y tengan una intensa vida espiritual.
En su discurso, el Papa recordó unas palabras del Beato Juan XXIII: "Antes que sacerdotes cultos, elocuentes, puestos al día, se requieren sacerdotes santos y santificadores". Agregó que esta afirmación del Beato "es todavía actual, porque en toda la Iglesia es más fuerte que nunca la necesidad de operarios del Evangelio que sean testigos creíbles y promotores de santidad con su propia vida".
Refiriéndose a la formación de los seminaristas, Benedicto XVI subrayó que el contexto cultural de hoy exige "una sólida preparación filosófico-teológica". Deben conocer y comprender "la estructura interna de la fe en su totalidad, de modo que ésta se convierta en respuesta a las preguntas de los hombres"."Además, el estudio de la teología debe mantener siempre un fuerte nexo con la vida de oración. Es indispensable la integración armoniosa del ministerio, con sus múltiples actividades, y la vida espiritual del presbítero", afirmó.
En este punto, citó su Carta a los seminaristas de octubre 2010, en la que escribió que "para el sacerdote, que tendrá que acompañar a los demás a lo largo del camino de la vida y hasta la puerta de la muerte, es importante colocar en justo equilibrio corazón e intelecto, razón y sentimiento, cuerpo y alma, y ser humanamente íntegro".
Por ello, dijo el Pontífice, es necesario prestar gran atención "a la dimensión humana de la formación de los candidatos al sacerdocio. En efecto, nos presentamos ante Dios con nuestra humanidad, para ser auténticos ‘hombres de Dios’ ante nuestros hermanos. Quien quiere ser sacerdote debe ser, ante todo, un ‘hombre de Dios’. Por eso, lo más importante en el camino hacia el sacerdocio y durante toda la vida sacerdotal es la relación personal con Dios en Jesucristo".
25 de enero de 2012
Saulo, Saulo...
Judío de la tribu de Benjamín, Saulo, nacido en Tarso de Cilicia, fue enviado por sus padres desde muy joven a Jerusalén, donde se instruyó en la Ley de Moisés con el fariseo Gamaliel. Luego, ingresó a la severa secta de los fariseos, convirtiéndose en un perseguidor y enemigo de Cristo y de su Iglesia. Lo apasionado de su persecución lo llevó a ofrecerse al sumo sacerdote para ir a Damasco a arrestar a todos los judíos que confesaran a Jesús, pero Dios decidió mostrar su misericordia y paciencia con Saulo y ya cerca de Damasco, una luz del cielo brilló sobre él y sus compañeros, cegándolo por espacio de tres días, tiempo en el que permaneció en casa de un judío llamado Judas, sin comer ni beber.
Por revelación de Cristo, el cristiano Ananías fue al encuentro de Saulo, quien recuperó la vista y se convirtió, accediendo al bautismo y predicando en las sinagogas al Hijo de Dios, con gran asombro de sus oyentes. Así, el antiguo perseguidor blasfemo se convirtió en el apóstol Pablo, elegido por Dios, como uno de sus principales instrumentos para la conversión del mundo.
23 de enero de 2012
San Ildefonso de Toledo.
San Ildefonso, nace en el año 607 en Toledo, reinando Witerico. Procedía de estirpe germánica y era miembro de una de las distintas familias regias visigodas. Fue sobrino del obispo de Toledo San Eugenio III, quien comenzó a impartirle su educación. San Ildefonso alcanzó a tener una brillantísima formación literaria. Siendo aún muy niño, ingresó en el monasterio Agaliense, en los arrabales de Toledo, contra la voluntad de sus padres.
Estando ya en el monasterio, funda un convento de religiosas dotándolo con los bienes que hereda, y en torno al año 650 fue elegido abad. Tras la muerte del obispo Eugenio III es elegido obispo de Toledo el año 657.
San Ildefonso muere el año 667, siendo sepultado en la iglesia de Santa Leocadia de Toledo, y posteriormente trasladado a Zamora.
Es famoso el Milagro del encuentro con la Virgen, en donde se cuenta que una noche de diciembre, Ildefonso junto con sus clérigos y algunos otros, fueron a la iglesia, para cantar himnos en honor a la Virgen María. Encontraron la capilla brillando con una luz tan deslumbrante, que sintieron temor. Todos huyeron excepto Alfonso y sus dos diáconos. Estos entraron y se acercaron al altar. Ante ellos se encontraba la Santísima Virgen María, La Inmaculada Concepción, sentada en la silla del obispo, rodeada por una compañía de vírgenes entonando cantos celestiales. María le hizo seña con la cabeza para que se acercara. Habiendo obedecido, ella fijó sus ojos sobre él y le dijo: "Tu eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería." Habiendo dicho esto, la Virgen misma lo revistió con la casulla, dándole las instrucciones de usarla solamente en los días festivos designados en su honor.
Esta aparición y la casulla, fueron pruebas tan claras, que el concilio de Toledo ordenó un día de fiesta especial para perpetuar su memoria. El evento aparece documentado en el "Acta Sanctorum" como "El Descendimiento de la Santísima Virgen y de su Aparición".
Esta aparición y la casulla, fueron pruebas tan claras, que el concilio de Toledo ordenó un día de fiesta especial para perpetuar su memoria. El evento aparece documentado en el "Acta Sanctorum" como "El Descendimiento de la Santísima Virgen y de su Aparición".
En la catedral de Toledo, los peregrinos pueden aun observar la piedra en que la Santísima Virgen puso sus pies cuando se le apareció a San Ildefonso.
21 de enero de 2012
Estaba tan distraído...
Señor, gracias por llamarme.
Estaba tan distraído junto al mar...
Repasaba mis redes...
Había tantos caprichos enredados en ella...
A mí me parecían tesoros,
pero eran tan solo objetos
que cierran el horizonte y
no dejan ver más allá.
Pero de pronto resonó tu voz.
Me llamaste por mi nombre
y me invitaste a seguirte...
Dejé mis redes y siguiéndote a Tí
me he encontrado también a mí.
Señor, gracias por llamarme.
Estaba tan distraído...
Súplica a María Santísima.
Madre mía, en el comienzo de este día, bendiceme,
que tu amor y tu oración maternales me acompañen
a lo largo de toda esta jornada.
En las dificultades del trabajo, ayúdame.
Si flaqueo en mis buenos propósitos, anímame.
En las dudas y decisiones, guíame.
En mi oscuridad, ilumíname.
Cuando me desprecien y me olviden, ámame.
En las tentaciones y peligros, defiéndeme.
En las ansiedades y angustias de mi alma, cálmame.
Si desfallezco y me faltan las fuerzas, fortaléceme.
Si cayese en pecado, sálvame.
Si me olvido de Ti, piénsame.
Y si muriese en este día,
llévame en tus brazos
para poder gozar de Jesús en el Cielo.
Amén.
que tu amor y tu oración maternales me acompañen
a lo largo de toda esta jornada.
En las dificultades del trabajo, ayúdame.
Si flaqueo en mis buenos propósitos, anímame.
En las dudas y decisiones, guíame.
En mi oscuridad, ilumíname.
Cuando me desprecien y me olviden, ámame.
En las tentaciones y peligros, defiéndeme.
En las ansiedades y angustias de mi alma, cálmame.
Si desfallezco y me faltan las fuerzas, fortaléceme.
Si cayese en pecado, sálvame.
Si me olvido de Ti, piénsame.
Y si muriese en este día,
llévame en tus brazos
para poder gozar de Jesús en el Cielo.
Amén.
13 de enero de 2012
Nuestra infancia...
Una amiga me ha enviado estos gratos recuerdos y vivencias de lo que fue nuestra infancia para los que nacimos en los años 60, 70 u 80. ¡Cuantos recuerdos han regresado a mi memoria!. Lo comparto con vosotros.
1.- De niños íbamos en coches que no tenían cinturones de seguridad, ni airbag...
2.- Ir en la parte de atrás de una camioneta era un paseo especial y todavía lo recordamos.
3.- Nuestras cunas estaban pintadas con brillantes colores de pintura a base de plomo.
4.- No teníamos tapas con seguro contra niños en las botellas de medicina, gabinetes, puertas.
5.- Cuando montábamos bicicleta no usábamos casco.
6.- Tomábamos agua de la manguera del jardín y no de una botella de agua mineral...
7.- Gastábamos horas y horas construyéndonos carritos de chatarra y los que tenían la fortuna de tener calles inclinadas se tiraban ladera abajo y en la mitad se acordaban que no tenían frenos. Después de varios choques con los arboles aprendimos a resolver el problema. Sí, nosotros chocábamos con matorrales, no con autos!.
8.- Salíamos a jugar con la única condición de regresar antes del anochecer.
9.- El colegio era de jornada partida. De 9 a 12 y de 2 a 4 y llegábamos a casa a tiempo de ver Barrio Sésamo. Merendábamos, terminábamos la tarea y ¡a la calle!. No teníamos móviles... así que nadie podía localizarnos. Impensable hoy.
10.- Nos cortábamos, nos rompíamos un hueso, perdíamos un diente, pero nunca hubo una demanda por estos accidentes. Nadie tenía la culpa, sino nosotros mismos.
11.- Comíamos bizcochos, pan y mantequilla, tomábamos bebidas con azúcar y nunca teníamos exceso de peso porque siempre estábamos jugando...
12.- Compartíamos una bebida entre cuatro... tomando en la misma botella y nadie se moría por esto.
13.- No teníamos Playstations, Nintendo 64, Juegos de vídeo, 99 canales de televisión, videograbadoras, móviles, ordenadores, Internet... Sino que teníamos amigos.
14.- Salíamos, nos subíamos en la bicicleta o caminábamos hasta la casa del amigo, tocábamos el timbre o sencillamente entrábamos sin tocar y allí estaba, esperándonos para salir a jugar.
15.- Algunos estudiantes no eran tan brillantes como otros y cuando perdían un año lo repetían. Nadie iba al psicólogo, al psicopedagogo, nadie tenía dislexia ni problemas de atención ni hiperactividad, simplemente repetía y tenía una segunda oportunidad.
16.- Teníamos libertad, fracasos, éxitos, responsabilidades… y aprendimos a manejarlos.
Viendo la infancia de los niños de hoy, seguro que nos dirán que éramos unos aburridos, pero estoy convencido, por todo esto y mucho más, que fuimos unos chavales super felices. Por lo menos, tú y yo seguro que sí, jejeje!.
9 de enero de 2012
San Josemaría, a los 110 años de su nacimiento.
Hoy, día 9 de enero se cumplen 110 años del nacimiento de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Por este motivo, en el siguiente testimonio, el sacerdote Juan García Inza, expresa su gratitud a este santo sacerdote por lo que supuso para su vocación sacerdotal.
"Encontré en él, sacerdote diocesano, un modelo a seguir por su gran amor a Dios, a la Iglesia y al hombre. Dios le concedió la gracia de poner en marcha todo un plan de evangelización en el mundo, cuya novedad era, y es, recordar a toda persona, de cualquier clase y condición, que está llamada a la santidad tratando de encontrar al Señor en su trabajo y en todas sus actividades.
Jesucristo, en su vida privada hasta los treinta años, santifica con su trabajo ordinario lo que ordinariamente solemos hacer todos, desempeñando “divinamente” su tarea, conviviendo en familia, y compartiendo la vida con los demás.
El Opus Dei es una “partecita” del gran campo de la Iglesia. El espíritu específico de la Obra es ver en el trabajo un medio privilegiado para unirse con Dios y colaborar en la obra creadora, redentora y santificadora.
Al mismo tiempo el Opus Dei pretende ser una gran catequesis de formación doctrinal, empezando por los mismos miembros de la Obra, y ofreciéndola a todos aquellos que deseen participar de sus medios de formación y apostolado.
Y yo me di cuenta que todo ello es asumible por una vocación sacerdotal que trate, con su trabajo pastoral, acompañar a los hombres en sus tareas ordinarias, enseñándoles y ayudándoles a buscar la santidad mediante la unión con Dios Creador y Santificador.
Y así descubrí el “secreto” del Opus Dei, que no es otro que facilitar la llamada universal a la santidad. Y esta tarea, desempeñada en cada momento histórico y con cada persona, es una auténtica evangelización. El problema del alejamiento de la fe que hoy padecemos está ocasionado, en buena medida, por haber perdido la gran ilusión de ofrecer un camino cristiano lleno de posibilidades para hacer al hombre feliz. Hemos dedicado demasiado tiempo y energías en hacernos la guerra unos a otros en lugar de “tirar todos del carro en la misma dirección”.
La Nueva Evangelización a la que nos convoca el Papa será posible cuando vivamos de verdad el mandamiento del amor, y demos testimonio de auténtica fraternidad. Cada cual podrá evangelizar con sus propios carismas, pero respetando los carismas de los demás. Yo comparo la Nueva Evangelización con la tarea de un jardinero que, respetando cada planta y cada flor, trata de que cada una esté en el sitio que le corresponde, y desde allí colabore en ese conjunto armónico que se llama jardín. Y todos somos flores y jardineros. Ninguno puedo prescindir de los otros, porque todos somos necesarios para que la Iglesia sea una familia en la que no todos son iguales, pero todos tienen los mismos derechos y obligaciones, todos se quieren y trabajan por la misma causa".
6 de enero de 2012
En la Solemnidad de la Epifanía.
1 de enero de 2012
Sancta Maria, Mater Dei.
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