Ayer domingo, después de las correspondientes obligaciones parroquiales, el Señor me regaló unas horas de descanso y distracción, que aproveché para charlar, rezar y comer con unos amigos en lo más alto de las cumbres de nuestra tierra, de donde uno es nativo, y de verdad, no hace falta más, pues como dice el dicho; "lo breve si es bueno, dos veces bueno".
Y es que aunque no lo parezca, el hombre ha sido creado para amar y ser feliz, ese es el plan de Dios para cada uno de nosotros, y problemas, siempre hay y los habrá, y vendrán aunque no los busquemos, esas pequeñas o pesadas cruces de cada dia, y que hemos de llevar con paz y esperanza, con alegria, abandonándonos por completo en los brazos amorosos de Dios.
Así es amigos. Si queremos, a pesar de las contrariedades de cada día, podemos ser felices en verdad, si de verdad queremos, y nos lo proponemos, podemos vivir cada día como si fuera el último, con la intensidad de Dios no con la del mundo, y disfrutar, disfrutar de esos buenos momentos y momentos inolvidables que quedaran guardados para siempre en lo más profundo de nuestro corazón. Y como dice una amiga, de vez en cuando es bueno vivir las tres "d" (descansar, disfrutar y desconectar), aunque sea por poco tiempo, tal vez una horas, pero cuanto se agredece, y si la compañia es buena, que siempre lo es, mucho más...
Por eso, en esta noche, y última de febrero, y con total agradecimiento, solo me sale decir; Gracias Señor por tanto don, gracias por esos momentos vividos, gracias por la familia, gracias por los amigos, gracias por sentir tu Presencia en la gran obra de la Creación...