Señor, gracias por llamarme.
Estaba tan distraído junto al mar...
Repasaba mis redes...
Había tantos caprichos enredados en ella...
A mí me parecían tesoros,
pero eran tan solo objetos
que cierran el horizonte y
no dejan ver más allá.
Pero de pronto resonó tu voz.
Me llamaste por mi nombre
y me invitaste a seguirte...
Dejé mis redes y siguiéndote a Tí
me he encontrado también a mí.
Señor, gracias por llamarme.
Estaba tan distraído...
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