14 de febrero de 2011

Enamorados...



Un 14 de febrero, un día como hoy, pero de 1943, hace ya 68 años, San Josemaría Escrivá, mientras celebraba la Santa Misa, "encontró la luz en su alma", como el llamaba, es decir, encontró la solución jurídica que buscaba para que hubiesen sacerdotes en el Opus Dei. Ello dió "comienzo" a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz (Societas Sacerdotalis Sanctæ Crucis), aunque hasta el 25 de junio de 1944, no es reconocida jurídicamente como tal.
Y en palabras del propio San Josemaría: "Tras recibir aquella luz en mi alma, que me hizo ver la solución deseada, al acabar de celebrar la Santa Misa, dibujé el sello de la Obra, la Cruz de Cristo abrazando el mundo, metida en sus entrañas, y entonces pude hablar de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz".
"Porque ahora todo es muy fácil, pero entonces las soluciones jurídicas no estaban claras. Pero Dios Nuestro Señor, en su bondad infinita, quiso darme la solución dentro de nuestro Opus Dei, sin necesidad de crear otra nueva familia espiritual: nunca cesaré de dar gracias por esta providencia". (De una tertulia con San Josemaría en 1972).
Después de la erección de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, en diciembre de 1943, los primeros sacerdotes del Opus Dei (después de san Josemaría) fueron ordenados en junio de 1944. Estos tres primeros fueron: Don Álvaro del Portillo, obispo y primer sucesor de San Josemaría, Don José Luís Múzquiz y Don José María Hernández de Garnica.
La Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz es una asociación de clérigos, intrínsecamente unida a la Prelatura, a la que actualmente pertenecen más de 4.000 sacerdotes. El Prelado del Opus Dei, Don Javier Echevarría, es el presidente de la Sociedad Sacerdotal.
Los clérigos diocesanos que se adscriben a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz buscan recibir ayuda espiritual para alcanzar la santidad en el ejercicio de su ministerio, según el espíritu del Opus Dei. Su adscripción a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz no conlleva la incorporación al presbiterio de la prelatura: cada uno sigue incardinado en su propia diócesis y depende sólo de su obispo, y sólo a él da cuenta de su labor pastoral.
La autoridad de la Iglesia, en diferentes documentos, por ejemplo en varios textos del Concilio Vaticano II y en el Código de Derecho Canónico, ha recomendado este tipo de asociaciones sacerdotales.
Las actividades espirituales y formativas de los socios de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz no interfieren con el ministerio confiado por su obispo.
Y mientra nuestra sociedad celebra un día al año, el "día de los enamorados" con ramos de rosas, cenas románticas y corazones de terciopelo rojo con las palabras "te quiero", nosotros, los sacerdotes, lo celebramos cada día, renovando nuestro amor en el altar hacia Aquel que nos enamoró, se fijó en nosotros, nos llamó y nos dijo "te quiero", solo por eso, sencillamente por eso, porque hemos conocido el Amor, estamos siempre enamorados....y es que, como dice San Josemaría en este video, "el que tiene miedo, no sabe querer...".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito el artículo Norberto, muy hermoso el video. Gracias por estar siempre ahí. Un abrazo grande.

Anónimo dijo...

Gracias Don Norberto por su testimonio. Gracias por su blog que tanto me gusta. Gracias al Señor por los sacerdotes del mundo. Gracias de todo corazón.

Yeray dijo...

No sé si es un rumor infundado o fue un hecho real, pero cuentan que San Josemaría mandó que no se tirasen los misales anteriores a la reforma litúrgica porque decía que la Misa Tradicional volvería a celebrarse y ya ven, vuelve a celebrarse y cualquier sacerdote puede oficiarla sin necesidad de pedir permiso a su obispo. A ver si los miembros de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz potencian en esta Diócesis la Misa antigua.