28 de septiembre de 2012

Al anochecer...



Un día más que se acaba...
A esta hora, quiero acudir ante Ti
para presentarte las acciones de esta jornada,
como buen trabajador o administrador
de los bienes que hoy me has concedido.
Aquí te presento lo que hoy he hecho;
respondo ante Ti de mis obras,
de las buenas y de las malas.
Todo lo pongo ante tu mirada de Padre,
porque sé que me amas y sé que me ayudarás,
para que mañana me «salgan» mejor las cosas.
Gracias por las cosas buenas que hoy he hecho.
Perdona las otras.
Acoge, sobre todo, Señor,
los esfuerzos por caminar junto a Ti,
en el día que acaba.
A tus manos entrego mi sueño y mi descanso,
porque sé que no me dejarás solo.


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