"Que mi alma alabe al Señor
y proclame todas sus maravillas...
En ti me alegraré y me regocijaré,
y cantaré a tu Nombre, oh Altísimo"
(Salmo 9, 2-3)
Por aquellas promesas que Tú en mí, has ido dando forma y llevando a la realidad.
Por aquel cuerpo mío que, rostro en tierra, se ofrecía, con toda mi juventud, entero para Ti.
Por el Misterio que vino sobre mí aquella mañana, por aquella Unción que hoy sigue siendo el gran poder de mis manos, el bálsamo para el enfermo o la fortaleza para el que llora.
Por el cáliz donde, de una forma real y apasionante, te apuro con la emoción de la primera vez, en los momentos de alegría o de tormenta.
Por el pan que se deja acariciar, comer y repartir en abundancia a través de mis manos frágiles.
Por la Palabra que, al pronunciarla, produce en mis labios sacerdotales vértigo y temor por lo que implica y significa.
Gracias, Señor; porque hoy, al igual que aquel 29 de septiembre de 2007, siento que subo al altar como hombre y, de repente, Tú me conviertes en Alter Christus, otro Cristo.
Por aquel cuerpo mío que, rostro en tierra, se ofrecía, con toda mi juventud, entero para Ti.
Por el Misterio que vino sobre mí aquella mañana, por aquella Unción que hoy sigue siendo el gran poder de mis manos, el bálsamo para el enfermo o la fortaleza para el que llora.
Por el cáliz donde, de una forma real y apasionante, te apuro con la emoción de la primera vez, en los momentos de alegría o de tormenta.
Por el pan que se deja acariciar, comer y repartir en abundancia a través de mis manos frágiles.
Por la Palabra que, al pronunciarla, produce en mis labios sacerdotales vértigo y temor por lo que implica y significa.
Gracias, Señor; porque hoy, al igual que aquel 29 de septiembre de 2007, siento que subo al altar como hombre y, de repente, Tú me conviertes en Alter Christus, otro Cristo.
Hoy, como hace seis años atrás, te lo digo y te lo repito, una y mil veces; ¡Aquí estoy, envíame!, ¡Sacerdote para Siempre Señor!.
Por tanto don inmerecido y recibido, un año más, ¡gracias, Señor!.
Por tanto don inmerecido y recibido, un año más, ¡gracias, Señor!.
Felicidades Padre Norberto. Que sean muchos más. Un abrazo.
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