21 de septiembre de 2011

¡Ven y sígueme!



Celebramos hoy la fiesta de San Mateo, apóstol y evangelista. Su nombre significa: "regalo de Dios" y se le conoce también con el nombre de Leví. Era hijo de Alfeo.


Su oficio, recaudador de impuestos, era un cargo muy odiado por los judíos, porque esos impuestos se recaudaban para el Impero romano. Los publicanos o recaudadores de impuestos se enriquecían fácilmente. Y quizás a Mateo le atraía la idea de hacerse rico prontamente, pero una vez que se encontró con Jesucristo ya dejó para siempre su ambición de dinero y se dedicó por completo a buscar la salvación de las almas y el Reino de Dios.


Como ejercía su oficio en Cafarnaum, y en esa ciudad pasaba Jesús muchos días y obraba milagros maravillosos, ya seguramente Mateo lo había escuchado varias veces y le había impresionado el modo de ser y de hablar de este Maestro formidable. Y un día, estando él en su oficina de cobranzas, quizás pensando acerca de lo que debería hacer en el futuro, vio aparecer frente a él nada menos que al Divino Maestro el cual le hizo una propuesta totalmente inesperada: "Ven y sígueme".


Mateo aceptó sin más la invitación de Jesús y renunciando a su empleo tan productivo, se fue con El, no ya a ganar dinero, sino almas. No ya a conseguir altos empleos en la tierra, sino un puesto de primera clase en el cielo.


Mateo dispuso despedirse de su vida de empleado público dando un gran almuerzo a todos sus amigos, y el invitado de honor era nada menos que Jesús. Y con Él, sus apóstoles. Y estando en le banquete, los fariseos se escandalizaron horriblemente y llamaron a varios de los apóstoles para protestarles por semejante actuación de Jesús. "¿Cómo es que su maestro se atreve a comer con publicanos y pecadores?"


Jesús respondió a estas protestas de los fariseos con una noticia que a todos nos debe llenar de alegría: "No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a buscar santos sino pecadores. Y a salvar lo que estaba perdido".Desde entonces, Jesús lo nombra como uno de sus 12 compañeros de camino, a los cuales llamó apóstoles. Según la tradición, se dice que predicó en Etiopía y que allí murió martirizado.Es el autor de uno de los cuatro evangelios, escrito especialmente para los judíos que se convertían al cristianismo, y por ello fue redactado en arameo, idioma que hablaba Jesús y los suyos.


Que San Mateo, gran evangelizador, interceda ante nuestro Señor Jesucristo, para que nos conceda un gran entusiasmo por leer, meditar y practicar siempre su santo evangelio.

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