5 de junio de 2010

Adoremus in aeternum Sanctissimum Sacramentum.


Sobre la Solemnidad del Corpus Christi, ya el Concilio de Trento (1545-1563), declaró que muy piadosa y religiosamente fuese introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, de todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y Venerable Sacramento con singular veneración y solemnidad; y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto, los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio. Por este Augusto Sacramento, se hace nuevamente presente la victoria y el triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

El Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino, supo muy bien expresar el misterio y el don que hoy celebramos, al componer el famoso himno “Pange Lingua” que a continuación podemos recitar en castellano.


Que la lengua humana
cante este misterio:
la Preciosa Sangre
y el Preciosa Cuerpo.
Quien nació de Virgen,
Rey del Universo,
por salvar al mundo
dio su Sangre en precio.

Se entregó a nosotros,
se nos dio naciendo
de una casta Virgen;
y, acabado el tiempo,
tras haber sembrado
la Palabra al pueblo,
coronó su obra
con prodigio excelso.

Adorad postrados
este Sacramento,
cesa el viejo rito,
se establece el nuevo;
dudan los sentidos
y el entendimiento;
que la fe los supla
con asentimiento.

Himnos de alabanza,
bendición y obsequio;
por igual la gloria
y el poder y el reino
al eterno Padre
con el Hijo eterno,
y al divino Espíritu
que procede de ellos.
Amén.

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