Celebramos este fin de semana, el III domingo de Adviento. La Santa Madre Iglesia, desde tiempo inmemorial, denomina a este tercer domingo de Adviento -Domenica Gaudete- y así lo seguimos llamando, el domingo de la alegría. El origen de llamar así a este tercer domingo, se debe a las primeras palabras de la carta del apóstol de los gentiles, a los Filipenses, el cual les pide y nos pide que estemos siempre alegres. Y es que es para estarlo: “el Señor ya se acerca”. El próximo domingo es ya el último de Adviento y con ello iniciaremos el tiempo de Navidad.
Cada uno de nosotros, hemos de mostrar la máxima alegría por ese milagro de misericordia de nuestro Dios, que ha querido hacerse hombre para salvarnos.
El Apóstol, consciente de su papel de evangelizador, les expone a los filipenses, en el himno que encabeza la carta, la obra salvadora de Jesucristo, su origen divino, su muerte en cruz y la exaltación a la derecha de Padre mientras los exhorta a la unidad, al gozo y a la paz.
El profeta Sofonías anuncia el juicio de Dios: un día de castigo a causa de la idolatría que envenena todos los pueblos. Jerusalén, sin embargo, a causa de un resto humilde y pobre que se ha mantenido fiel al Señor, verá su renovación y también la de todos los pueblos: «El Señor está en medio de ti y se alegra con júbilo».
Pero, en medio de esta alegría, todos los textos nos exhortan a una actitud de espera. Sofonías nos dice que Dios poderoso y que salva está dentro de Jerusalén: ¿qué puede temer? Juan nos invita a una espera de conversión. Pablo exhorta al gozo en la espera: «El Señor está cerca».
Juan, el Bautista, el precursor, la voz que anuncia en el desierto a la Palabra, exhorta desde su autoridad de asceta, a la conversión, a la coherencia de vida. Pero exhorta a la espera del mensajero que traerá el bautismo del Espíritu y de fuego. Juan anuncia ya la Buena Nueva.
La predicación de Juan Bautista, que recoge el Evangelio de hoy es, todo un programa de vida cristiana.
De las distintas respuestas que da a los que le interrogan se deduce que, el Cristianismo, más allá de una simple religión de principios teóricos, consiste ante todo, en un conjunto de comportamientos que hemos de hacerlos vida de nuestras vidas.
Le preguntan a Juan; ¿Que hemos de hacer?
Le preguntan a Juan; ¿Que hemos de hacer?
Las distintas respuestas que va dando el Precursor son clarificadoras respecto a una serie de aspectos concretos de la vida cristiana. De estas respuestas podemos concluir:
1º) Que nuestra conversión, no consiste sólo en abandonar el pecado, sino en un cambio de conducta y en hacer cosas positivas.
2º) Que la conversión, o lo que es lo mismo, la santidad a la que Dios nos llama, no está en hacer cosas raras o extraordinarias, sino en hacer extraordinariamente bien los deberes propios de cada estado.
3º) Que para agradar a Dios, no tenemos que abandonar la profesión o situación humana en la que nos encontremos.
4) Finalmente, conviene advertir como en todas las respuestas, hay un hilo conductor y ese no es otro que el amor al prójimo.
Para concluir, tres virtudes, especialmente, laten y nos recuerda el Señor en este pasaje:: la Justicia, la Caridad y la Autenticidad. Sería bueno que las tengamos, de modo especial, presentes en este tiempo de Adviento en el que nos preparamos para la venida del Señor que celebra la Navidad.
Dios Padre, en su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, traspasa la historia con su Amor. Anunciado por los profetas desde antiguo, deseado por las naciones, Dios envía a su Hijo para salvarnos. La liturgia de Adviento nos repite constantemente que debemos despertar del sueño de la rutina y de la mediocridad; debemos abandonar la tristeza y el desaliento. Es preciso que se alegre nuestro corazón porque “el Señor está cerca”.
Que María, nuestra Madre del Cielo, nos ayude a ser fieles, para preparar como ella, la venida del Salvador al mundo.
He descubierto hoy este gran blog y en cuanto pueda lo enlazo. Magnifica reflexión sobre el tiempo que vivimos. Confieso que el título de la página me ha llamado la atención. Dios se sirve de cualquier cosa. Aprovecho para invitarle a una iniciativa para la noche del 24 en unión al papa y entre los blogueros. Un saludo.
ResponderEliminar