Hace pocos días, me encontré con esta oración, y mientras la rezaba comprendí que en ella nos podemos sentir muy bien identificados cualquiera de los que seguimos a Cristo. La vida del cristiano, del creyente, es saber esperar en el Señor a pesar de los pecados y miserias personales, a pesar de los olvidos y de las faltas de amor para con Él. El nos ama por encima de todo. Por eso la quiero compartir con todos vosotros. Y dice así:
LLegó la oscuridad,
el mundo está en silencio,
y en esta intimidad
siento necesidad de hablar Contigo, Señor.
Quiero decirte...
Que otra vez te he fallado
...¡y son ya tantas veces!
Recuerdo esta mañana
repleta de alegría:
Te prometí mil cosas...
sacrificos sin fin,
que iba a perdonar,
que tendría paciencia,
que sabría callarme,
sonreir a la ofensa...
Pero ahora...
con mi alma desnuda
y aquí, a solas Contigo,
quiero pedirte, Señor,
que me des tu perdón,
que me des tu paz.
Muy hermosa y cierta la oración.
ResponderEliminarDecía San Pablo que hay que predicar el Evangelio a tiempo y a destiempo. Debemos utilizar todos los medios que están a nuestro alcanze para que toda la humanidad conozca a Cristo. Internet es un excelente "púlpito" que elimina la barrera del espacio y que llega incluso a la mayoría de los alejados de la Iglesia, es por ello que me alegro muchísimo del nacimiento de este nuevo blog.
Felicidades, seguro que harás mucho bien con este espacio.
Mientras leia la oracion me parecia que la habia escrito YO !Increible pero es un retrato de ms luchas diarias! Gracias a la misericordia y amor de Dios, puedo empeza cada dia volviendo a rezar esa oracion con la esperanza de que algo pequeñito cambiara pero que en el fondo aunque vuelva a caer, El me ama, me perdona, me entiende.
ResponderEliminarMuy hermosa, gracias por publicarla.
Que Dios te Bendiga, Teresa